Lejos de detener la fuga de lectores, el rediseño de La Voz aceleró la caída (negocio en crisis)
Los números del IVC de diciembre pasado (el mes donde impactó de pleno el cambio de diseño de La Voz lanzado a fines de noviembre) muestran una caída del 5,4% en la cantidad de ejemplares vendidos en relación al mismo mes del año anterior, acelerando la merma en la cantidad de lectores a la versión impresa.
Así, a lo largo de los 30 días que se editaron diarios en diciembre, La Voz resignó 100.000 ejemplares con su nuevo ordenamiento gráfico (ver nota completa); tomando un valor promedio de $ 4 por ejemplar ($ 2,75 de lunes a viernes, pero $ 5,50 el domingo, día de mayor venta), la decisión de Jornet le está costando al diario del grupo Clarín unos $ 400.000 por mes, algo así como $ 5 millones al año.
Aunque los lectores protestaron a viva voz y se hicieron escuchar en los foros y hasta en el programa Juntos de Mario Pereyra, Jornet y equipo no quisieron dar marcha atrás con la nueva versión que alteró secciones y contenidos.
De todas formas sería injusto cargar todas las tintas sobre el nuevo diseño y sus estrategas: el diario local ya venía perdiendo lectores en su versión tradicional y sumando visitas al sitio web en una creciente tensión interna a la lógica del negocio editorial (ver nota completa).
Los números del IVC de diciembre pasado (el mes donde impactó de pleno el cambio de diseño de La Voz lanzado a fines de noviembre) muestran una caída del 5,4% en la cantidad de ejemplares vendidos en relación al mismo mes del año anterior, acelerando la merma en la cantidad de lectores a la versión impresa.
Así, a lo largo de los 30 días que se editaron diarios en diciembre, La Voz resignó 100.000 ejemplares con su nuevo ordenamiento gráfico (ver nota completa); tomando un valor promedio de $ 4 por ejemplar ($ 2,75 de lunes a viernes, pero $ 5,50 el domingo, día de mayor venta), la decisión de Jornet le está costando al diario del grupo Clarín unos $ 400.000 por mes, algo así como $ 5 millones al año.
Aunque los lectores protestaron a viva voz y se hicieron escuchar en los foros y hasta en el programa Juntos de Mario Pereyra, Jornet y equipo no quisieron dar marcha atrás con la nueva versión que alteró secciones y contenidos.
De todas formas sería injusto cargar todas las tintas sobre el nuevo diseño y sus estrategas: el diario local ya venía perdiendo lectores en su versión tradicional y sumando visitas al sitio web en una creciente tensión interna a la lógica del negocio editorial (ver nota completa).