Un mirada a la cocina molecular (y el consumidor cordobés típico)

Miguel Augusto Albelda: “Estimado Íñigo, también coincido completamente con Lucas (Galán) y Gabriel (Reusa): en Córdoba muchos restaurantes y negocios gastronómicos han realizado alguna vez diversas aplicaciones de cocina molecular, pero sabemos que esta cocina lleva tiempo de personal y algunos pesos más que muchos dueños de esablecimientos gastronómicos rehusan a asumir (sin querer sorprender a sus comensales); pero también los comensales rehúsan a pagar eso: la mayoría del público quiere algo bonito, barato y abundante, y darle una espuma sostenida o caviar de malbec o alguna otra aplicación de cocina molecular es para comensales que disfrutan de la gastronomía (en eso se diferencia los clientes gourmet y clientes gourmand) y mantenerlo se complica mucho. Es innovador, sabroso, novedoso para implementarlo, me encantaría tener lugares en Córdoba que hicieran simpre toques de cocina molecular, simples pero que den detalles de trabajo a su carta y su cocina, también destacando a los que hacen posible eso, los chefs”.

Miguel, Lucas, Gabriel... ¿no se animan a una “Semana de la Cocina Molecular”? Difunde InfoNegocios. Debate aquí.

Midory produce hasta 20.000 paquetes de hortalizas por semana (la apuesta de Sergio Guillaumet por la hidroponía en Córdoba)

(Por Juliana Pino) Cuando en 2003 la soja tocaba los 600 dólares y el campo argentino parecía vivir un momento dorado, Sergio Guillaumet tomaba una decisión contracorriente: dedicarse a producir verduras sin tierra. No tenía campo, tampoco un pasado familiar ligado al agro, sino apenas un título de Licenciado en Administración de Empresas y una idea que lo desvelaba: fundar su propia compañía.