Un tipo rudo que se maquillaba y una palabra mágica: relájense

Federico: “Conocí a un tipo que se maquillaba una mancha de nacimiento pero se afeitaba a la navaja. Era un lujo verlo afilarla. También se cortaba el pelo solo y se curaba las heridas que se hacía de levantar las paredes con que fué haciendo su casa. 9 hijos tenía y vivía en medio del campo. Se las curaba con un cacho de alcohol para que cicatricen, bien a lo macho. Y sin embargo cuando lo invitaban a una fiesta de alguna lugareña, este tipo se mezclaba unas sombras y se las esculpia sobre una mancha de nacimiento. Ese tipo era mi abuelo. Levantaba paredes y tenía unas manazas ásperas con las que ensillaba el caballo y salía con verduras a cambiarlas por pedazos de carne con el vecino mas cercano. Era bien viril y la tenía reclara con las minas del campo. Yo me acuerdo de una vez que lo vi poniéndose ese menjunje y le pregunté con toda la libertad que te otorga la infancia: “¿Abuelo, por qué te maquillás?”. Y me dijo: “No es maquillaje de minas; yo soy un "pituco"”. Él era eso, un macho de tango, un pituco. Y a la hora de ir a la fiesta no dudaba en taparse la mancha pa´ verse mejor. La tenía clara (a la mancha). Y la tenía reclara (a la vida). Hoy lo recuerdo y que querés que te diga: si tuviera que correjirme algo para algún evento que lo amerite, lo haría. No será un caballo, será un auto. No será una fiesta campera, será una fiesta empresarial o algo así. Y calculo que no será un "revoque", sino algo mejorado y acondicionado a estos tiempos. Y capaz que no lo hago sólo. Tal vez la llame a esta piba (por María José Primo, la que inició este debate con su “make up” para hombres) y de paso la conozco, ja. Saludos y relájense”.

Debate cerrado, ¿me parece, no? (Pero si querés leer más, clic aquí).

Midory produce hasta 20.000 paquetes de hortalizas por semana (la apuesta de Sergio Guillaumet por la hidroponía en Córdoba)

(Por Juliana Pino) Cuando en 2003 la soja tocaba los 600 dólares y el campo argentino parecía vivir un momento dorado, Sergio Guillaumet tomaba una decisión contracorriente: dedicarse a producir verduras sin tierra. No tenía campo, tampoco un pasado familiar ligado al agro, sino apenas un título de Licenciado en Administración de Empresas y una idea que lo desvelaba: fundar su propia compañía.