El primer vestido se estrenó en Las Arrias, departamento Tulumba porque de allí vino a Córdoba la novia a comprar su vestido. Desde el mismo nacimiento, la fama de El Palacio de las Novias corrió como reguero de pólvora y todas las señoritas de Córdoba y de otras provincias querían que su vestido de novia proviniera de las manos expertas de ese joven de 21 años hijo de inmigrantes sirios.
A 70 años de ese hito, hoy El Palacio de las Novias está timoneado por Ivo Romero Abed, nieto de Abed pero en el mundo de la alta costura es solamente Ivo quien con 25 años sigue transmitiendo la misma pasión, el mismo empeño y esfuerzo que puso su abuelo.
Ivo Romero Abed
Ivo nos contó que todo lo que su abuelo sabía de confección de vestidos de novias lo aprendió de su hermana Amelia: “Mi familia siempre estuvo ligada al rubro textil, mi tía abuela Amelia abre el primer local de novias en Córdoba a principios de 1900 y estaba ubicado en calle San Martín. Ella nació en Siria y mi abuelo nació en Córdoba. Ahí mi abuelo aprende mucho en el local de su hermana y cuando cumple 21 años abre El Palacio de las Novias, en 1953”.
El Palacio de las Novias pasó sólo por dos locales, el de 9 de Julio 178 y el que actualmente ocupa en avenida Colón 280 donde supo estar el Cine El Ángel Azul que era el santuario de Daniel Salzano.
“El tenía la idea de generar un espacio únicamente para novias y brindar al público lo mejor. Una idea muy moderna para la época. Con los años él se casa con mi abuela, Cristina Andrevich y junto a sus hermanas Elena y Susana Andrevich renuevan el local y lo adaptan a la época, estamos hablando de los años ‘70, ‘80”, nos recuerda Ivo.
Ivo creció entre brocatos, tijeras, novias emocionadas y el arte de hacer malabarismos con los costos en un país en el que la economía tiene más vaivenes que un manómetro.
“Yo y mi abuela éramos como mejores amigos, inseparables”, cuenta con orgullo. Las hermanas Andrevich tenían perfectamente delimitadas sus tareas: Elena se encargaba de entallar y moldería, Susana de ventas y bordados y Cristina era el alma mater de ese Palacio encantado a la que todas las novias de Córdoba llegaban para hacer realidad sus sueños.
Carlos Saleh Abed falleció en 2009 a los 87 años y su viuda Cristina Andrevich en 2019; desde entonces Ivo tomó el mando de El Palacio de las Novias y es quien cree todavía que las tradiciones y las manos expertas jamás podrán sucumbir frente a los vestidos de boutique simil novias.
“Nosotros confeccionamos vestidos de novias”, resume con la potencia de una idea clara.
Ahora Ivo es el que diseña, habla con las novias y ayuda en la confección y elección de ese traje soñado. “Yo me ocupo personalmente del diseño y la moldería de todos los vestidos del local. También me encargo de elegir y encargar todos los textiles porque en la actualidad tenemos una gran variedad de textiles a disposión de los clientes”.
- ¿Cómo evolucionó la moda de las novias?
- Ivo: Lo más importante es anticiparse y hay que tomar las adversidades a favor. A veces cuando vamos a hacer un pedido hay que tener en cuenta el volumen de lo que nos va a hacer falta porque en cualquier momento es posible que eso no se vuelva a conseguir. También hay que tratar de innovar con los materiales. Tenemos la suerte de haber tenido un gran stock de telas y una relación muy íntima con los proveedores de Argentina y el exterior, eso nos ha fortalecido mucho.
- ¿Cuántas novias han vestido?
- Ivo: Sé que cuando yo era chico, mi abuelo me contaba que había dos modistas que hacían armado de vestidos que es como la primera etapa y en un mes habían armado 50 vestidos cada una. Calculo que son más de 40.000 vestidos en estos 70 años. Hay generaciones que se hicieron el vestido de novia, comunión o 15 años.
- Además de novias ¿hacen otro tipo de vestidos?
- Ivo: Hoy lo que estamos haciendo es un stock permanente y también vestido de novia a medida. Y en algunos casos muy especiales, para quienes ya fueron clientes, tenemos la posibilidad de hacer vestidos para otros eventos: ya sea 15 años, una madrina o similar. No es algo que ofrecemos al público, sino que lo hacemos de manera exclusiva.
- ¿Cómo se maneja el stock de vestidos?
- Ivo: Los vestidos del Palacio de las Novias siempre han sido atemporales. Si bien son modernos o con detalles actuales, nuestra visión es la atemporalidad. Obviamente que hay un recambio y renovación de stock constantes y tenemos siempre nuevos diseños, nuevos vestidos, nuevas propuestas. Nuestra propuesta es el vestido de novia que lo reconocés como vestido de novia, no esos vestidos más sencillos, más de boutique. En este momento hay unos 450 vestidos en stock.
- ¿Cómo es el ritual de la elección del vestido?
- Ivo: Nuestra atención es totalmente personalizada. Cuando la novia llega se encuentra con una asesora que está capacitada para poder orientarla en todo lo que ella desee. Por ejemplo en el vestido que sea ideal para la fiesta que va a hacer, el lugar, la temporada, su cuerpo y todo lo que ella está buscando. La asesora entra al probador con ella y además de ayudar a cambiarla le va llevando las propuestas más acordes a todo. Y por supuesto a la idea que ella tiene en mente, porque siempre una novia tiene una idea en mente. Con eso se empieza. Luego a lo largo de las citas van pasando miles de cosas. Quizá el modelo que tenía en mente le encanta o quizá no. Por ahí va viendo otras propuestas que le gustan más o la hacen sentir más cómoda.
- ¿Hay novias que se cierran con una idea y no aceptan otras opiniones?
- Ivo: Lo que es para uno lo sabe la persona. Al margen de eso siempre se trata de proponer la idea más acertada para todo. Su cuerpo, la ocasión. Siempre la elección es personal. Lo más importante es poder estar contento, conforme y cómodo porque después de todo el casamiento es una vez, o quizá dos veces.
- ¿Te tocó presenciar peleas de madres e hijas por el vestido?
- Ivo: A veces hay novias con una personalidad fuerte y a veces las madres, las suegras o las personas a las que invitan a la prueba siempre quieren opinar. Y bueno, a veces la novia se tiene que sobreponer a esas opiniones. Lo importante es que la novia pueda decidir cuál es su vestido, que para eso está con nosotros y dejarse guiar por su intuición.
Al visitar nuestro local recomendamos que la novia se enfoque en las personas más íntimas y con las que quiere compartir la decisión y el momento. Lo más importante es ir con personas con las que estés conectada, porque la decisión que tomes en este día es muy importante. No solo por la decisión en sí, sino porque la foto y el video son para siempre
- ¿Cómo viviste los cambios de moda, de gustos y de la economía del país?
- Ivo: Como todo, esto es un zigzag. Cuando mi abuelo empezó la demanda era muchísima. En mi recuerdo los años 2006, 2007 y 2008 fueron años excelentes. Siempre tenemos clientes y nos eligen mucho. El cliente en sí ha cambiado porque cuando mi abuelo empezó las novias eran chicas que tenían 17 ó 18 años y algunas hasta de 16. Ahora las personas que se casan tienen entre 28 y 35 años. El orden en general ha cambiado: primero viven juntos y luego se casan.
También nosotros hemos cambiado para adaptarnos. Imaginate que la moldería, todo lo que conlleva hacer un vestido para una chica de 18 años es abismalmente diferente de lo que es para una mujer de 35 años. Incluso los gustos, los modelos.
Antes me contaban que iba la novia y la madre y la que más elegía el vestido era la madre que era la que organizaba todo. En ese momento en general al vestido lo regalaban los padres. Ahora la novia elige lo que le gusta y lo paga ella. Habrá sus excepciones.
70 años y vientos de cambios
“Para el futuro estoy pensando en crear otro espacio para las novias en Córdoba para que podamos estar más cómodos. También nos gustaría empezar a vender telas al público”, contó Ivo a InfoNegocios.
A pesar de ser una persona muy joven, Ivo tiene la solvencia y el aplomo de quien conoce el oficio de vestir novias a la perfección. Autodidacta o aprendiz de artista de la mano de sus abuelos y también las empleadas de El Palacio de las Novias, porque el staff de personal se renueva sólo por jubilación. “Evelia entró a los 17 años a trabajar y hoy tiene 47 y Gaby hace 21 años que está con nosotros. Somos familia”.
- ¿Qué recuerdo material tenés de tus abuelos?
- Ivo: La tijera que uso para cortar es la última que compró mi abuelo. Es un recuerdo que a la vez lo uso a diario. Tengo una caja con collares que trajo mi abuela de Yugoslavia. Materiales antiguos de bordados.
- ¿Una anécdota de estos años al frente de El Palacio?
Ivo: Hace un tiempo vino una novia que había querido casarse hacía 20 años y no se pudo casar. Y quería un vestido como el que ella se quería casar en ese momento. Entonces nos organizamos para ver si podíamos hacerlo y logramos confeccionar el nuevo vestido con el estilo que ella se había imaginado.
- ¿Es una inversión muy grande el vestido de novia en el presupuesto de un casamiento?
- Ivo: Mucha gente dice que el casamiento es una noche, un rato. Pero es más profundo. Porque es una idea que llevas soñando años y en esa noche culmina lo que soñaste toda la vida.