Sobre las políticas de comunicación de Kadicard y Vitnik

Agustín Artal: “No te puedo creer... Mal por los dos. Desde cuando está bien afanarles los ingresos a esta pobre gente, que ya demasiado se los afana el estado para mantener sátrapas. Estimado Iñigo, esta vez se te escapó la tortuga. La Argentinidad al Palo, siempre premiamos al ´menos malo´, cuando al malo hay que castigarlo. Pasa muy seguido, ¿o no escucharon alguna vez la frase: `fue bueno el gobierno, robó pero por lo menos hizo algo´?. Sigamos así que vamos bárbaro. Un `no´ rotundo para ambos”. (NdelE: Ay, Agustín, no sé si estás insultando mi inteligencia o la tuya. Vamos por partes: nos referimos a la política comunicacional y no a la -supuesta- responsabilidad o “culpabilidad” en los hechos que motivaron las notas periodísticas. En el caso de Vitnik me hubiera gustado un comunicado bien claro que fije su relación (o no) con esos talleres de trabajo esclavo. Y en el caso de Kadicard el comunicado es muy claro (mirar aquí): toda la operatoria está en el marco del BCRA con los límites y topes que fija esa entidad (y no como cientos de “compañías financieras” fuera del Central que verdaderamente le roban a los jubilados sin ningún control)”.

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Midory produce hasta 20.000 paquetes de hortalizas por semana (la apuesta de Sergio Guillaumet por la hidroponía en Córdoba)

(Por Juliana Pino) Cuando en 2003 la soja tocaba los 600 dólares y el campo argentino parecía vivir un momento dorado, Sergio Guillaumet tomaba una decisión contracorriente: dedicarse a producir verduras sin tierra. No tenía campo, tampoco un pasado familiar ligado al agro, sino apenas un título de Licenciado en Administración de Empresas y una idea que lo desvelaba: fundar su propia compañía.