Sobre el “enterramiento cero” y de cómo se hace en Europa o EEUU.

Pablo Piatti: “El tema de los residuos domiciliarios hay que tomarlo con responsabilidad y seriedad, analizando cada una de las tecnologías disponibles en el mundo, y no hacer improvisaciones que a la larga resultarán en problemas ambientales para las futuras generaciones. En regiones como Europa o Norteamérica se utiliza en parte la disposición final de estos residuos en hornos de producción de clinker (materia prima para hacer cemento). Allí, los materiales tales como plásticos, papeles, textiles, madera (previamente separados del restante material orgánico que va a compostaje) son co-procesados en los hornos a altas temperaturas reemplazando en gran parte la energía no renovable (gas natural, fueloil, coque) que estos hornos consumen y sin afectar la calidad del clinker. Con esta modalidad no quedan restos de los mismos, se aprovecha su energía y se disminuye la contaminación ambiental. Particularmente, en Córdoba, existen este tipo de hornos con capacidad total de co-procesamiento aproximado de 6.000 toneladas por mes de residuos sólidos, siendo necesario un proceso de pre-acondicionamiento previo (selección, trituración y homogenización)”.

Hablemos de la basura -responsable y seriamente-, aquí.

Riderboost, la startup cordobesa que potencia a los repartidores con un kit eléctrico para su bicicleta (ya trabaja con PedidosYa!)

(Por Rocío Vexenat) En plena pandemia de 2020, dos jóvenes cordobeses de apenas 23 años, Matías y Lautaro, idearon un proyecto con una meta clara: ofrecer una alternativa de movilidad más segura y sustentable. Así nació Riderboost, un emprendimiento tecnológico que convierte cualquier bicicleta convencional en una bici eléctrica mediante un kit de instalación rápida. Ya trabajan con PedidosYa! y sueñan con ser la startup de micromovilidad más grande de Latinoamérica.

18 de agosto: Día Mundial del Pinot Noir, y una joya para brindar

Este lunes 18 de agosto se celebra el Día Mundial del Pinot Noir, una ocasión perfecta para honrar una variedad famosa por su elegancia, sutileza y expresión del terroir. Y, qué mejor manera de hacerlo que con un espumante rosado que captura toda la gracia de esta uva: Rosell Boher Rosé.