"Lo dijimos hace años y no nos equivocamos: el cerdo está condenado al éxito". La frase la soltó el ministro de Bioagroindustria, Sergio Busso. Y no fue una simple arenga: llegó con un anuncio concreto de financiamiento por $ 6.000 millones para impulsar nuevas granjas porcinas en Córdoba, con tasas subsidiadas y foco territorial en zonas clave como el oeste provincial.
La clave, según Busso: apostar a un modelo productivo sustentable, acompañar desde el Estado con herramientas financieras y seguir fortaleciendo la sinergia entre el sector público y privado. “Córdoba es ejemplo de que se puede pensar distinto, pero trabajar juntos. Eso marca la diferencia”, dijo.
Cristian Sitto, presidente de Pormag, explicó que Argentina aún tiene mucho por conquistar en el mapa internacional. “Brasil juega en las grandes ligas, Chile también. Nosotros tenemos todo para crecer: granos, genética, calidad. Pero falta estabilidad macro para despegar”, resumió.
Aun así, Córdoba pisa fuerte: es la principal provincia productora y se ubica entre las tres primeras en faena. “La carne de cerdo es buena, bonita y barata. Ya duplicamos el consumo en 10 años, de 7 a 17 kilos por persona. Pero hay que seguir trabajando en promoción y romper el paradigma de que solo sirve para matambre y costillitas”, dijo Sitto.
El dato a tener en cuenta: en Argentina se consumen cerca de 45 kilos de carne vacuna por año, pero apenas 17 de cerdo. La meta del sector es clara: achicar esa brecha.
La carne del futuro (y del presente)
Uno de los momentos clave de la jornada lo protagonizó el doctor Carlos Sabagh, médico especialista en nutrición, que dejó una imagen potente: “La carne de cerdo pasó de mendiga a princesa”. Su defensa fue categórica: “Aporta proteínas de alto valor biológico, es rica en vitaminas del complejo B, tiene zinc y hierro. Es la opción saludable, versátil y accesible que muchos aún desconocen. Ah, y no engorda”.