Según el ejecutivo, el salto de los hogares al ámbito productivo ocurre porque las plantas industriales consumen durante el día, cuando hay sol, y pueden autoconsumir gran parte de su demanda. Esto permite recortar compras a la red y amortiguar picos tarifarios. En instalaciones correctamente dimensionadas, la reducción del consumo eléctrico puede ubicarse en rangos de 30% a 80%, con impactos inmediatos en la estructura de costos.
Arnoletto precisó que los sistemas típicos para galpones y naves parten de arreglos fotovoltaicos sobre techo, con inversores industriales y tableros de inyección en baja tensión. La escala permite lograr economías en instalación y mantenimiento, y aprovechar superficies ociosas en cubiertas. Cada panel ocupa alrededor de 2,5 m2, por lo que proyectos de entre 200 y 1.000 m2 de módulos resultan habituales en pymes y en parques logísticos.
Un beneficio adicional en entornos industriales con baja calidad de energía es la estabilización eléctrica. La integración de baterías de litio en esquemas híbridos protege equipos sensibles, reduce fallas en líneas de producción y asegura continuidad frente a cortes. Este aspecto, subrayó, disminuye costos ocultos por paradas, scrap y servicio técnico, además del ahorro directo en la factura.
El modelo se apoya en kits y proyectos llave en mano adaptados a la curva de carga de cada planta. Incluyen paneles, inversores, protecciones, estructuras de aluminio, cableado y, cuando aplica, bancos de baterías. El diseño parte de mediciones de demanda y análisis de facturación para alinear potencia instalada con los horarios de mayor consumo, maximizando el autoconsumo y la tasa de sustitución de energía comprada.
El CEO destacó que en industrias con turnos diurnos se observan recuperos acelerados. La visibilidad del ahorro es inmediata: desde el primer ciclo de facturación posterior a la puesta en marcha se registra menor consumo en kWh comprados. En casos con baterías, la cobertura se extiende a horas pico y nocturnas, con reducciones más altas del costo operativo eléctrico.
Respecto del financiamiento, Arnoletto indicó que existen líneas en 24 y 36 cuotas que equiparan el valor de la cuota con el ahorro mensual estimado, lo que neutraliza el impacto en el flujo de caja. CheapSun también trabaja con esquemas propios y acuerdos con entidades para proyectos industriales, priorizando plazos que acompañen la vida útil de los activos y la estacionalidad del negocio.
El ejecutivo remarcó que varias jurisdicciones, como Córdoba, Santa Fe y Neuquén, avanzaron en marcos de generación distribuida que facilitan la conexión y operación de estos sistemas. Estos marcos, señaló, ordenan el trámite técnico, dan previsibilidad y habilitan a las empresas a incorporar progresivamente mayor potencia solar conforme crece su demanda.
En materia fiscal, Arnoletto puntualizó que los proyectos se benefician de la posibilidad de amortizar equipos como bienes de uso, descontar créditos fiscales asociados a la inversión y, según normativa local aplicable, acceder a incentivos específicos para eficiencia o energías renovables. La disponibilidad exacta de beneficios depende de cada provincia y del encuadre tributario de la empresa, por lo que recomienda evaluación caso por caso desde el inicio del proyecto.
La tendencia también responde a requerimientos de cadena de valor. Industrias exportadoras y proveedores de grandes compañías incorporan energía solar para mejorar indicadores ambientales y responder a pedidos de clientes sobre huella de carbono. Esta adopción, afirmó, abre puertas comerciales y opera como un beneficio indirecto adicional al ahorro energético.
El crecimiento del segmento demanda capacitación técnica. CheapSun desarrolla programas con universidades y municipios para formar instaladores y equipos de operación y mantenimiento. En paralelo, las áreas de ingeniería y postventa de la compañía acompañan la puesta en servicio, la configuración y el seguimiento de las plantas, con planes de O&M que sostienen la performance a lo largo del tiempo.
Arnoletto subrayó que el cambio cultural es un factor clave. Hace cinco años la inversión se justificaba principalmente por motivaciones ambientales; hoy el driver principal es económico. La caída de costos de paneles y baterías, sumada a la mejora de la eficiencia, volvió “conveniente en números” la adopción solar para industrias y pymes, sin dejar de aportar beneficios ambientales.
Para el caso patagónico, el ejecutivo indicó que la menor radiación histórica ya no es una barrera. Los avances tecnológicos permiten lograr buenos rendimientos aun en latitudes australes, y se multiplican los proyectos sobre techos industriales, centros de distribución y plantas alimenticias. La expectativa del sector es que, con marcos claros y financiamiento, el modelo continúe expandiéndose.
Finalmente, el CEO de CheapSun concluyó que la transición solar en la industria es un proceso acumulativo: cada etapa de inversión reduce costos, estabiliza la operación y genera aprendizaje interno para escalar. Con proyectos bien dimensionados, financiamiento alineado y aprovechamiento de marcos provinciales, el esquema se perfila como un modelo imparable para bajar el costo energético y ganar competitividad.
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