Federico Schaer y Tomás Beutin se conocieron en el colegio, compartieron asados, ideas y desafíos, hasta que decidieron emprender juntos. Al principio, vendían parrillas al exterior desde la casa de sus padres, que funcionaba como depósito y oficina improvisada. Hoy lideran Kankay, una compañía 100% nacional que factura más de $ 3.400 millones anuales, proyecta $ 9.000 millones para 2025, y exporta a ocho países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Australia y Francia.
Federico Schaer y Tomás Beutin, fundadores de Kankay
El diferencial está en el cruce perfecto entre estética, funcionalidad y conciencia sustentable. Todos sus productos son fabricados en Argentina, con materiales nobles como hierro, acero y madera, pensados para durar por generaciones y reducir el uso de descartables.
Desde 2024, llevan más de 60.000 sartenes vendidas, con un crecimiento notable en el interior del país, donde se concentran más de 25.000 unidades vendidas. Solo en el último año, la empresa sumó más de 5.000 nuevos clientes por mes.
Además del crecimiento sostenido en ventas, la compañía amplía su estructura: hoy emplea directa e indirectamente a más de 60 personas, y proyecta 75 empleados para 2026, en sintonía con su plan de expansión. En febrero de este año, inauguraron un nuevo local en San Isidro con una inversión de $40 millones, y ya preparan dos nuevas aperturas en Recoleta y Nordelta. También están desarrollando nuevas líneas en acero inoxidable e hierro fundido, manteniendo su filosofía: sin químicos tóxicos, y con diseño que celebra la cocina como un ritual.
Kankay en Córdoba
Hacen envíos a todo el país desde su sitio web y ya cuentan con varios clientes en Córdoba y otras provincias. “Hay un plan para ser más federales todavía y dentro de eso está abrir un local en Córdoba, seguramente para 2026, es una plaza pendiente”, agrega Ignacio Mata, prensa de Kankay.
Uno de los pilares del proyecto es la lucha contra el teflón y los materiales contaminantes. En un mercado saturado de utensilios descartables o fabricados con compuestos nocivos, Kankay apuesta por una cocina consciente, con productos que no liberan sustancias dañinas al ser calentados. “Cocinar no debería ser un riesgo para la salud”, afirman sus fundadores, que promueven un cambio de hábito desde el diseño.
Ah… le tienen tanta fe a sus productos que ofrecen “garantía de por vida”
La marca también se destaca por su estrategia de comunicación: creativa, cercana y con humor. Schaer y Beutin se convirtieron en embajadores de su propia empresa, y muchos clientes los reconocen en la calle. Con campañas orgánicas, redes sociales activas y una identidad fuerte, lograron que Kankay sea mucho más que un producto: es una comunidad.