Es una apuesta riesgosa: perder lectores históricos (que van envejeciendo y desapareciendo) en pos de ganar nuevas camadas de seguidores. Lo cierto es que no hay recetas mágicas y cada diario busca su camino a fuerza de prueba y error. Y lo cierto es -también- que las ventas diarias de La Voz se van apagando al son de una categoría cuya viabilidad nadie se anima a asegurar.
Mariano Saracco: “¿Sabés que haría con un diario como La Voz? Llevaría todos y cada uno de los suplementos a un formato revista, enriquecido con los celebrities que deberían escribir: la gente busca eso y la información general está en todos lados. Obviamente, con una buena plataforma digital de captación de tráfico para cada caso. A la sección principal también la llevaría a ese formato, y te diria que quizas solo imprima los fines de semana”.
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