El flaco favor del juecismo a la comunidad empresaria y el clima de negocios

No es la primera vez que las primeras espadas del movimiento que orienta Luis Juez usan la palabra “negocio” para desacreditar un decisión política. Para ellos -intuyo- un negocio debe ser más propiamente un negociado, aunque tratándose de fondos públicos deberían hablar más estrictamente de peculado.
Sin ninguna prueba o evidencia, varias veces el juecismo acusa a tal o cual de “hacer negocios”, como si tal actividad fuera algo ilegal o -al menos- impropio de hombres de bien. Si para el buen entender de los preclaros juecistas alguna actividad está reñida con la ley, bien harían en tipificarla con la figura jurídica que le correspondiese: peculado, malversación de caudales públicos, estafa o asociación ilícita. En cambio, cuando “acusan” de “hacer negocios” a otros no sólo están desacreditando una actividad lícita y absolutamente necesaria para generar valor en una sociedad, sino que ponen bajo un manto de sospecha toda la actividad privada.
(Más sobre los peligros de denostar la palabra “negocios” en nota completa).

 

“... es necesario que el intendente Mestre defina si privilegia el desarrollo urbano o el negocio de la construcción”, declama Daniel Juez, el mellizo genético y político del Senador nacional.
Lo que no entienden los Juez (y por lo tanto el juecismo) es que no puede haber desarrollo urbano sin negocios de la construcción. Se les pasa por alto -y lo demostraron en su gestión- que dirigir el desarrollo de una ciudad con políticas determinadas (y cuando más claras y explícitas mejor) tiene que incluir como factor central la tarea de los desarrollistas que buscarán siempre hacer un buen negocio, porque ese es el mandato primordial de una empresa: crear valor. Que lo que cuesta $ 10 puede valer $ 12 o $ 14 en función de la organización de los recursos para que esa rentabilidad aliente a más inversiones y nuevos desarrollos. En el medio de ese proceso se generará trabajo y se pagarán muchos impuestos.

La columna de Daniel Juez en La Voz del Interior, aquí.

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