La Scudería Fiat “mimó” a sus sponsors (y Pechito nos puso a 240 Km/h).

Fue una experiencia única: buzo antiflama, casco profesional con sistema de audio y una butaca especial al lado de José María “Pechito” López, el gran piloto argentino (cobra unos $ 100.000 por cada carrera y corre en tres categorías) que ahora se pasó a la Scudería Fiat.
Es que la marca italiana realizó ayer su Sponsor Day para agasajar a los patrocinadores del equipo (Petronas, Selenia, Elta, New Holland, Taranto, xPlod -Sony, Cargo, entre otros) y algunos periodistas nos “colamos” en las vueltas al Cabalén a máxima velocidad.
Luego de dar un giro corto en 58 segundos (en carrera lo hacen en 57, parecido pero vital segundo de diferencia), nos quedamos a charlar y enterarnos que un auto de TC 2000 (la categoría con más tecnología de la región) cuesta unos U$S 180.000 y que hay pilotos que cobran (los “grandes”) y otros que pagan por entrar a un equipo.
Con Pechito López (un “casi" F1), Emiliano Spataro (que ya conoce el auto y ganó un par de carreras este año), Gabriel Ponce de León (triple campeón de la categoría) y Emilialo López (hijo de Cristóbal López), la Scudería Fiat saldrá a las pistas con la expectativa (y la presión) de ganar algo (o todo) en 2011.

Riderboost, la startup cordobesa que potencia a los repartidores con un kit eléctrico para su bicicleta (ya trabaja con PedidosYa!)

(Por Rocío Vexenat) En plena pandemia de 2020, dos jóvenes cordobeses de apenas 23 años, Matías y Lautaro, idearon un proyecto con una meta clara: ofrecer una alternativa de movilidad más segura y sustentable. Así nació Riderboost, un emprendimiento tecnológico que convierte cualquier bicicleta convencional en una bici eléctrica mediante un kit de instalación rápida. Ya trabajan con PedidosYa! y sueñan con ser la startup de micromovilidad más grande de Latinoamérica.

18 de agosto: Día Mundial del Pinot Noir, y una joya para brindar

Este lunes 18 de agosto se celebra el Día Mundial del Pinot Noir, una ocasión perfecta para honrar una variedad famosa por su elegancia, sutileza y expresión del terroir. Y, qué mejor manera de hacerlo que con un espumante rosado que captura toda la gracia de esta uva: Rosell Boher Rosé.