El primer día del Taravella rumbo a Ezeiza tuvo demora, espera... y caos.

Aunque los primeros vuelos salieron en horario, con el correr de la mañana se empezaron a complicar las salidas a Buenos Aires, ahora rumbo a Ezeiza. “El aterrizaje en Ezeiza no me molesta, lo que no entiendo es cómo las empresas tienen tan poca sensibilidad con los pasajeros y no se hacen cargo del traslado”, comentaba Claudio Fantini, mientras hacia la cola de su vuelo de Lan que despegó a las 9.45, con 82 pasajeros. Mientras tanto, los pasajeros de Aerolíneas continuaban con “resignación” -en palabras de Jorge Neder, de Blur Comunicaciones- la larga espera de su avión que en vez de salir a las 8.45 despegó a las 10.20, con 144 pasajeros.
A las 10.30 de la mañana la sala de embarque quedó vacía dejando la sensación de que noviembre definitivamente, será un pésimo mes para volar a Buenos Aires. Y por si el cierre de Aeroparque no fuese una complicación en sí misma. al cierre de esta edición la situación había empeorado notoriamente: en el marco de una insólita pelea entre un piloto y un copiloto de distintos gremios Apla -Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas- paralizó todos los vuelos de Aerolíneas Argentinas, Lan, Sol y Austral. Veremos...

Riderboost, la startup cordobesa que potencia a los repartidores con un kit eléctrico para su bicicleta (ya trabaja con PedidosYa!)

(Por Rocío Vexenat) En plena pandemia de 2020, dos jóvenes cordobeses de apenas 23 años, Matías y Lautaro, idearon un proyecto con una meta clara: ofrecer una alternativa de movilidad más segura y sustentable. Así nació Riderboost, un emprendimiento tecnológico que convierte cualquier bicicleta convencional en una bici eléctrica mediante un kit de instalación rápida. Ya trabajan con PedidosYa! y sueñan con ser la startup de micromovilidad más grande de Latinoamérica.

18 de agosto: Día Mundial del Pinot Noir, y una joya para brindar

Este lunes 18 de agosto se celebra el Día Mundial del Pinot Noir, una ocasión perfecta para honrar una variedad famosa por su elegancia, sutileza y expresión del terroir. Y, qué mejor manera de hacerlo que con un espumante rosado que captura toda la gracia de esta uva: Rosell Boher Rosé.