La dactilografía no ha muerto: Institución Cervantes continúa formando en el “arte de escribir al tacto”

(Por Ayelén Actis) Aunque solo uses el Índice y el Mayor (yo escribo esta nota con ellos), y pienses que con eso basta, la dactilografía te permitiría escribir -al tacto- 40 palabras por minuto (algunos sabrán de lo que hablo y tendrán la práctica incorporada). Si pensaste que se había extinguido te cuento que todavía Cervantes dicta cursos para dominar la técnica de digitalización al tacto y sin errores (allí se formó el actual intendente Ramón Mestre). Cómo evolucionó y por qué sigue vigente, en esta nota.

Victoria Sword, docente de dactilografía y Nidia Vitale, directora de la Institución.

Institución Cervantes comenzó a dictar dactilografía cuando Perón gobernaba, por segunda vez la Argentina (1952). Dactilografía y contabilidad fueron las primeras carreras que tuvo la academia fundada por Francisco Humberto Vitale. A Córdoba llegó en 1964 y se instaló en Galería London.


En los 60’ fue el auge de la actividad y era requisito fundamental para las secretarias de la época, que tecleaban en máquina de escribir, claro.

“La técnica de aprendizaje fue evolucionando pero siempre el objetivo final de aprender a escribir a máquina es hacerlo con todos los dedos de las manos y sin mirar el teclado”, comentó a InfoNegocios, Nidia Vitale, hija de Francisco y actual directora de la institución. 

En aquel entonces, las máquinas de escribir para los cursos tenían teclas de colores, esos colores reproducían en “un cartoncito” y una persona dictaba las palabras. Luego el dictado se reemplazó por una grabación que se escuchaba por un parlante (más adelante desplazado por auriculares).

Más tarde evolucionó hacia un sistema que se llamó “video graph” que enseñaba a coordinar oído, vista y tacto. La metodología incorporó una pantalla grande que mostraba el teclado y estaba coordinada con la grabación. En la pantalla se encendía la tecla que uno debía presionar. 

Hoy sobre esa base, se tradujo el sistema para computadoras. El curso que dicta el Cervantes tiene una duración de un mes (se cursa de lunes a viernes, 2 horas por día). Victoria Sword es la docente a cargo y cuenta que durante el primer mes el alumno adquiere la técnica y si quiere aumentar la velocidad puede hacer un segundo módulo (también de un mes). 

El curso tiene un costo de $ 1.900 más $ 500 de inscripción.

¿Por qué todavía no ha muerto?

Cada vez que Tribunales abre concurso para la incorporación de personal exige como requisito dactilografía. A causa de eso entre el año pasado y este pasaron unas 400 personas por las pruebas y capacitaciones del Cervantes

Además, son la única institución avalada por Tribunales para tomar el examen de dactilografía. 


Administración de empresas, analista en sistema, recursos humanos, gestión inmobiliaria, marketing e higiene y seguridad laboral, son las 6 carreras que dictan anualmente, con un alumnado activo de 1.800 personas y una matrícula de ingresantes de 900 alumnos.   

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