Desde su siembra hasta que se convierte en alimento en los hogares argentinos, la papa (que tuvo su día internacional el pasado 30 de mayo) transita un proceso que puede extenderse entre 4 y 10 meses. Durante ese período, se conjugan la fuerza del suelo, el esfuerzo de los productores y el aporte de la tecnología para dar vida a un alimento esencial en la mesa de miles de familias.
En Argentina PepsiCo trabaja con 8 productores con los que sostiene vínculos de más de dos décadas. Todos ellos cuentan con certificación Global-GAP, que avala el cumplimiento de buenas prácticas agrícolas en términos de trazabilidad, calidad, respeto por el ambiente y cuidado de las personas. A esto se suma la adhesión al programa SFP (Sustainable Farming Program), que establece criterios aún más rigurosos en materia de sustentabilidad.
Hoy en día, cerca del 45% de la plantación de papa en el país se ubica en la provincia de Buenos Aires, especialmente en zonas como Balcarce, Otamendi y Tandil, mientras que el resto se concentra en las provincias de Córdoba, Tucumán y Mendoza. De las más de 80.000 hectáreas dedicadas al cultivo de papa en la Argentina, un 1,7% corresponde a la participación de PepsiCo.
Las papas destinadas a Lay’s son variedades especiales, más pequeñas y redondeadas que las comunes, elegidas cuidadosamente. El proceso productivo se realiza con tecnología de última generación y un enfoque permanente en la excelencia operativa, en colaboración con los productores y con el respaldo técnico de PepsiCo.
“La papa es el corazón de nuestro producto más emblemático. En este día, celebramos no solo su importancia como alimento, sino también el trabajo de cada agricultor que hace posible que Lay’s llegue a millones de hogares en Argentina”, destaca Guillermo Cascardo, Gerente de Agronegocios de PepsiCo Argentina
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