RedMagister, una billetera digital creada especialmente para empresas. La fintech, de origen argentino, propone un modelo que combina tecnología, inclusión financiera y experiencia en financiamiento corporativo para que las organizaciones puedan convertir sus cuentas por cobrar en liquidez inmediata, pagar a sus proveedores y optimizar su flujo de caja sin depender del crédito tradicional.
“Queremos que las empresas puedan operar con la misma agilidad que una persona con su billetera virtual, pero a escala corporativa y con total trazabilidad”, resume Alejandro García Valls, fundador de RedMagister.
Una cuenta operativa (digital y sin burocracia)
El sistema funciona como una cuenta operativa de régimen continuo, que puede abrirse en menos de 24 horas. Desde esa cuenta, las compañías pueden monetizar cheques, facturas, órdenes de compra o adjudicaciones de contratos (de manera total o parcial) y utilizar esos fondos para realizar pagos inmediatos o programados a terceros. El diferencial está en que no se genera deuda, sino que se adelanta el cobro de instrumentos financieros ya emitidos, con tasas más competitivas que las del mercado.
“Muchas empresas quedaban fuera del circuito financiero tradicional, ya sea por la falta de historial crediticio o por plazos de cobro demasiado extensos. RedMagister llega para equilibrar ese terreno”, explica Augusto Ercole, CEO de la compañía.
Seguridad y respaldo normativo
RedMagister está certificada como Proveedor de Servicios de Pago que ofrece Cuentas de Pago (PSPCP), bajo regulación del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Toda la infraestructura opera sobre Amazon Web Services (AWS), con encriptación de datos, validación biométrica y monitoreo antifraude en tiempo real, garantizando seguridad y cumplimiento normativo en cada transacción.
Con más de una década de trayectoria acompañando a compañías en su búsqueda de financiamiento, el equipo de RedMagister decidió dar un paso más allá: crear una tecnología propia para resolver un problema que atraviesa a todas las industrias. “El financiamiento de capital de trabajo siempre fue un cuello de botella. Hoy, gracias a la digitalización, podemos convertir ese desafío en una oportunidad para que las empresas crezcan con previsibilidad y eficiencia”, agrega García Valls.