“Las malas noticias ya las sabemos: vamos a morir. Pero, ¿por qué hacerlo a los 75 años, achacados y no a los 100 ó 110, como en Okinawa, en muy buena forma física y mental?”. La descripción del Dr.
Carlos Castells, captó toda la atención del auditorio que fue el viernes a
Diquecito a la presentación de
Lifextension, el programa para personas que -desde los 40 ó 45 años- quieran retardar el envejecimiento y mejorar su calidad de vida presente y futura.
Acorde a la filosofía de “productos” de Diquecito, Lifextension está basada en protocolos científicos y no toma tratamientos “de moda” o “alternativos” que no hayan sido validados por la comunidad científica.
“Ojo, no hay pastillas milagrosas, ni aparatos mágicos de por medio -aclaran de entrada- es un programa integral que se inicia con una internación de 7 a 10 días, que tiene un monitoreo sistemático en los primeros 3 meses y que -idealmente- se debería repetir cada año”.
-¿Cuánto cuesta el programa?-, fue una de las primeras preguntas.
Contando los 7 días de internación en Diquecito, todos los análisis previos para el diagnóstico correcto, el proceso de desintoxicación, el tratamiento en sí y el mantenimiento de los primeros 3 meses, U$S 4.500.
(Qué es el envejecimiento, qué lo causa y cómo se lo puede retardar y volver a atrás -en algunos casos- en la “lupita” que te lleva a
Ver Nota Completa... ah, también por qué en Okinawa viven tantas personas más de 100 años).
“Todavía no hay ninguna comunicación oficial para hacer pública”, es la escueta definición que filtran desde el Banco de Córdoba sobre el cambio de identidad que, no obstante, fue presentado recientemente a los principales gerentes de la entidad.
“Las marcas tienden a simplificarse, a acortarse y desacartonarse, aún en el sistema financiero -explican entendidos en la materia-; achicar una marca tan larga como Banco de Córdoba en la palabra Bancor iría perfectamente en ese sentido”. Y vos, ¿cómo lo ves?