El ranking dice una cosa, pero la historia detrás dice otra: El EF EPI existe desde 2011 y pasó de medir 44 países a analizar, en esta edición, más de 2,2 millones de personas de 123 naciones, un salto monumental que refleja dos cosas: la globalización del inglés… y la necesidad creciente de medirlo mejor.
Este año, por primera vez, la evaluación incorporó expresión oral y escrita gracias a tecnología de IA desarrollada por Efekta Education Group. Un giro clave: si históricamente la debilidad más común en el mundo era “hablar”, ahora ese punto ciego comienza a tener métricas reales y comparables.
“Hoy podemos medir cómo hablan y escriben las personas con una consistencia que antes era imposible”, explicó Kate Bell, directora de Evaluación de EF, destrabando un escenario que cambia la forma en que se analiza la competencia lingüística a escala masiva.
Argentina: el alumno que mejora todos los años (y ya juega en otra liga)
Con 575 puntos, Argentina sube 13 unidades respecto a 2024 y confirma una tendencia que ya se veía venir: su avance es sostenido, transversal y ,algo no tan menor, equitativo.
1. La curva generacional
Los grupos de 21 a 30 años superan los 600 puntos, consolidando al segmento joven como motor del progreso. Los adultos entre 31 y 40 mantienen un desempeño robusto cercano a 580. Y los mayores, aunque avanzan más lento, sostienen una base estable alrededor de 530.
El “rebote” más interesante es el de los 18 a 20 años, que recuperan niveles previos y llegan a 540 puntos. Un indicador de que el inglés vuelve a ser prioridad para la generación que ingresa al mercado laboral más competitivo de la historia.
2. Equidad de género: el outlier de la región
Mientras en gran parte de Latinoamérica los hombres obtienen mejores puntajes, Argentina rompe la tendencia: las mujeres igualan o superan los resultados masculinos.
Un dato que habla de acceso, formación y oportunidades más equilibradas.
3. Las ciudades que lideran (y las que sorprenden)
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Mar del Plata encabeza el ranking nacional.
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La siguen CABA, Bahía Blanca, Rosario y La Plata.
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Y hay saltos inesperados: San Juan y San Luis subieron hasta 22 puntos en un año.
El contexto latinoamericano: Argentina al frente, pero con una región que se mueve
En Latinoamérica, el podio queda así:
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Argentina (nivel alto)
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Honduras (nivel alto)
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Uruguay, Paraguay y El Salvador (nivel medio)
Y entre las capitales, Buenos Aires se posiciona como la número 23 del mundo, por encima de ciudades históricamente mejor ubicadas.
El ranking también deja ver una región cada vez más polarizada: grandes ciudades con alto desempeño y otras donde el dominio es bajo o moderado.
Europa sigue arriba, pero no por razones obvias
Los Países Bajos mantienen su liderazgo global. Este año los siguen Croacia, Austria y una Alemania que pegó un salto notable.
¿La sorpresa? La expresión oral sigue siendo la habilidad más débil en la mayoría de los países, incluso en los de nivel alto. La IA permitió medir esa brecha con mayor claridad… y no dejó muy bien parados ni a europeos ni a asiáticos de alto rendimiento.
Mucho más que hablar inglés: lo que realmente mide el índice
En cada edición, EF cruza los datos con variables económicas, educativas y sociales. Y el patrón se repite: donde hay mejor inglés, suele haber más innovación, más oportunidades laborales y más apertura internacional.
A eso se suma un punto clave para 2025: En plena era de la inteligencia artificial, cuyos modelos más avanzados se desarrollan y documentan principalmente en inglés, dominar el idioma ya no es un diferencial: es una barrera de acceso.
¿Entonces? Argentina tiene un activo que vale más de lo que parece. El liderazgo regional no es solo motivo de orgullo. Es una ventaja competitiva concreta para un país que exporta talento, servicios, creatividad y tecnología.
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