“Este tipo de iniciativas no solo entretienen: reducen la ansiedad preoperatoria, disminuyen el estrés del paciente y su familia, y mejoran la cooperación de los niños durante los procedimientos médicos”, señalaron desde la clínica. Además, remarcaron que una experiencia positiva impacta directamente en el proceso de recuperación.
¿Un viaje diferente al quirófano? ¡Claro que sí! Uno de los nuevos recursos que incorporó la clínica es un auto eléctrico pediátrico que permite que los niños de entre 2 y 5 años se trasladen hacia el quirófano de manera lúdica. Transformando un momento de ansiedad, en una experiencia divertida y relajada.
La mascota del internado: un perro robot terapéutico
La segunda incorporación es un perro robot interactivo que cumple un rol clave como herramienta terapéutica. Su presencia actúa como elemento de distracción, acompañamiento y contención emocional, contribuyendo a que la estadía hospitalaria sea más llevadera.
“Favorece la salud emocional y potencia el bienestar de los pacientes pediátricos, lo que repercute directamente en el proceso de sanación”, destacaron los profesionales de la CURF.
Tecnología con propósito y compromiso humano
Para garantizar que estas herramientas cumplan su objetivo, parte del equipo de la clínica fue capacitado especialmente en su uso y acompañamiento. De esta manera, cada interacción es guiada por profesionales preparados para transformar el momento hospitalario en una vivencia positiva y segura.
Estas acciones reflejan el compromiso de la Clínica Universitaria Reina Fabiola con su lema “el lado humano de la medicina”, integrando creatividad, innovación tecnológica y cuidado emocional en cada etapa del proceso de atención.
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