Fue el 5 de julio de 1951 cuando en Arroyito, Fulvio Salvador Pagani inauguró una fábrica de caramelos, impulsado por la fuerza, la energía y las ganas de un grupo de jóvenes emprendedores al que lideraba.
El objetivo era simple: ofrecer productos de calidad a precios accesibles para el consumidor.
El grupo de jóvenes estaba integrado por los hermanos Fulvio, Renzo y Elio Pagani; los hermanos Modesto, Pablo y Vicente Maranzana; Mario Seveso y Enrique Brizio. Además de la amistad los unía una trayectoria en la actividad industrial.
Así nació ArCor, conjunción de Arroyito y Córdoba.
Apenas habían pasado siete años cuando la firma ya había alcanzado los 60 mil kilos diarios de producción de golosinas y dejaba de ser una fábrica exclusiva de caramelos para incursionar en distintas actividades industriales para autoabastecerse de insumos estratégicos para lograr la mejor calidad al mejor precio.
En la década del ´60, el Grupo ArCor adoptó una política de exportación que lo situó en una posición de vanguardia, donde Fulvio siempre sostuvo la importancia de llegar a mercados internacionales, apuntar al mundo y de salir a buscar oportunidades.
Pero no todo fue fácil. Entre las anécdotas que se recuerdan de aquella primera exportación en la que enviaron dos containers de caramelos de leche a Estados Unidos, lo hicieron en bodega común y al pasar por el Ecuador se derritieron. La mercadería llegó en un solo bloque y ArCor decidió pagar la factura a los importadores aunque ello le significara un elevado costo.
Esa actitud le dio la suficiente credibilidad a la empresa, y a los pocos meses esos mismos clientes estaban en Arroyito, visitando la firma y concretando una sólida relación.
Así como esa, fueron muchas las dificultades que el Grupo fue superando a medida que se expandían hacia nuevos mercados.
En 1967 ya contaban con un sistema de distribuidores oficiales, que en la actualidad continúa siendo tan innovador y distintivo como en su comienzo. Fue recién a principios de la década del ´70 que se produjo una fuerte expansión hacia la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
También en esa época se consolidó la integración vertical de la firma a través de la construcción de plantas industriales con el fin de satisfacer diversas necesidades de la compañía, desde la materia prima hasta los envases, pasando incluso por la energía.
En sus más de 70 años, continúa generando proyectos y apuntando siempre al mismo objetivo: ofrecer productos de calidad a precios accesibles para consumidores de todo el mundo.
ArCor es una de las compañías más importantes del mundo y es un ejemplo exitoso de expansión internacional, llegando con sus productos a más de 120 países de los cinco continentes, donde millones de consumidores disfrutan de sus alimentos.
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