Taranto SA cuenta con 3 polos industriales: San Juan, Villa Elisa (Buenos Aires) y Córdoba.
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En la provincia de San Juan opera el Centro Industrial Taranto,conformado por cinco plantas que fabrican líneas completas de sellado, juntas, retenes, suspensión y dirección.
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En Villa Elisa se encuentra la división Fijaciones, dedicada a la producción de tornillos de alta resistencia.
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En Córdoba, la planta —ubicada sobre ruta 9, pasando el camino a Interfábricas— se especializa en piezas forjadas de acero en frío y en caliente, principalmente engranajes deslizantes para cajas de velocidad. Su principal cliente en la provincia es Volkswagen Argentina, que utiliza estas piezas en su planta de fabricación de transmisiones.
En total, el grupo emplea 780 personas y posee una superficie industrial de 46.000 m2, con una distribución productiva en la que San Juan concentra la mayor parte de la fabricación, seguida por Buenos Aires y Córdoba.
El modelo de negocio de Taranto se sustenta en tres canales de venta, que integran la producción nacional con su red comercial internacional.
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El canal de equipo original abastece a las principales terminales automotrices del Mercosur, entre ellas Volkswagen, Iveco, MWM y MAN.
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El canal de exportación representa una de las mayores fortalezas del grupo: más de 30 países reciben productos de Taranto, principalmente juntas y tornillos de fijación, con destino a Estados Unidos, Francia, Italia y varios mercados de Asia. Entre sus clientes internacionales se destacan John Deere, que recibe piezas fabricadas en Argentina para sus plantas de México y Francia.
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Por último, el canal de aftermarket o mercado de reposición abastece a casas de repuestos y distribuidores en todo el país, consolidando la cobertura total del territorio argentino.
El grupo también desarrolló una estructura logística regional que incluye una distribuidora central en Avellaneda, una sede comercial en San Pablo (Brasil) y una plataforma logística en Toluca (México), desde donde se atiende el mercado mexicano de reposición.
Sus procesos industriales están certificados bajo ISO 9001, IATF 16949 (norma específica del sector automotriz) e ISO 14001 de gestión ambiental, en línea con los estándares que exigen las terminales automotrices. En materia ambiental, Taranto implementó políticas de recuperación de residuos, reducción de consumo de agua y energía, y sustitución de solventes por productos de base acuosa, logrando una menor huella de carbono. “En nuestras plantas de San Juan ya funcionan programas ambientales sólidos, y estamos extendiendo el modelo a Córdoba y Buenos Aires”, detalló el ingeniero Oscar Daniling.
Taranto también se distingue por su compromiso con la capacitación. Desde hace más de 20 años, la compañía realiza un ciclo técnico itinerante destinado a mecánicos y rectificadores de todo el país, donde comparte buenas prácticas de instalación y mantenimiento de sus productos. Este vínculo constante con los profesionales del rubro refuerza uno de sus valores centrales: estar cerca de quienes hacen que cada vehículo siga en marcha.
A lo largo de su historia, Taranto ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos el Premio Nacional a la Calidad y el Premio Iberoamericano a la Calidad, consolidando su reputación como referente de la industria autopartista argentina. Con visión global, raíces locales y una estrategia basada en la innovación, la empresa reafirma un propósito que la acompaña desde 1980: fabricar en Argentina con estándares del mundo.
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