Quienes atraviesan un tratamiento de quimioterapia o conviven con alopecia saben que el impacto no se queda en lo físico. La caída del cabello suele ser uno de los momentos más difíciles, especialmente para las mujeres. Desde hace más de dos décadas, Alicia se dedica a ofrecer una alternativa empática, profesional y profundamente personalizada a través de u.wigpelucas, su espacio especializado en pelucas de pelo natural.
“El objetivo es que la persona se vea a sí misma, que no sienta que está disfrazada, que no le tengan lástima. Eso es lo que me importa: que pueda seguir con su vida social o laboral sintiéndose cómoda”, explica.
Cada peluca se adapta al rostro, estilo y deseos de quien la va a usar. En este proceso, Alicia trabaja con técnicas de corte, coloración, iluminaciones, balayage y hasta permanente, utilizando productos premium. Todas las modificaciones necesarias están incluidas en el valor de la peluca: “Jamás cobro por eso, porque no es un extra. Es parte de lograr que la clienta se reconozca frente al espejo”.
Clientes que vuelven, y otras que apenas comienzan el camino
La peluquería u.wigpelucas recibe clientas de todas las edades: desde niñas de cinco años hasta mujeres adultas. Algunas viven con alopecia y deben renovar su peluca cada cierto tiempo, otras atraviesan tratamientos oncológicos que las obligan a enfrentar un nuevo vínculo con su imagen.
“Tengo chicas de 15 años que están desarrollándose y tienen que usar una peluca de por vida. Es muy fuerte. Esto afecta la autoestima, la vida social, incluso puede derivar en casos de depresión o pensamientos más graves. Por eso lo que hacemos es tan importante”, asegura Alicia.
Sin llevar un conteo exacto de cuántas pelucas entrega al mes, Alicia afirma que su agenda está siempre llena. “Trabajo sola, no delego, porque me gusta que todo esté hecho con dedicación. Incluso me llevo trabajo a casa los fines de semana para no fallarle a nadie”.
Pelo natural, confección premium (y precios que arrancan en $ 500.000)
Las pelucas más demandadas son las premium: piezas de pelo natural implantado a mano que simulan cuero cabelludo. Se producen en el exterior porque la mano de obra especializada no está disponible en Argentina, y por eso su valor parte desde los $ 500.000. También hay opciones más accesibles, aunque la mayoría busca la máxima naturalidad y durabilidad.
Cada peluca viene con una guía práctica para su cuidado: lavado cada tres semanas, cepillado, plancha o brushing suave. Alicia también entrega un video tutorial para que sus clientas puedan hacerlo por su cuenta. “No quiero que dependan de mí, quiero que se sientan libres. Las pelucas que vendo son nobles, no se desarman, no se salen. Dan seguridad”.
Aunque no trabaja con obras sociales, Alicia considera que es un tema pendiente: “Esto es fundamental para la autoestima. No puede ser que ninguna prepaga lo contemple”.
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