Desde su creación en julio de 2014, Mujeres con Propósitos busca ofrecer herramientas prácticas para que cada participante pueda aplicar lo aprendido en su vida cotidiana. “Mujeres con Propósitos no es solo un espacio de coaching, es una comunidad que impulsa a las mujeres a vivir con coherencia, a reconectarse con su propósito y a animarse a ir por lo que desean”, señala Sirkovich.
Entre los pilares del proyecto se destacan los “Viajes con Propósito”, experiencias que combinan coaching, mindfulness, ejercicios sistémicos y conexión con la naturaleza. Desde 2016, Sirkovich lleva organizados 44 viajes de trabajo personal (en alianza con la agencia Aguamarina Turismo), en destinos que van desde las sierras cordobesas hasta Brasil, Uruguay y ahora Dubái y Marruecos.
Cada viaje cuenta con una temática distinta. El próximo, que será a Dubái y Abu Dhabi en noviembre, abordará “Las paradojas de la vida”, explorando cómo integrar contrastes como el lujo y la simpleza, la diversidad cultural y la introspección. En mayo de 2026, el grupo viajará a Marruecos bajo el lema “Colores del alma”, con actividades centradas en la autoestima, la libertad y el poder personal.
“Salir de tu entorno cambia la perspectiva. Cuando viajás con mujeres que comparten tu misma disposición emocional, el proceso se potencia. La belleza del entorno también te conecta con tu propia belleza”, remarca Sirkovich.
El nivel de compromiso y satisfacción de las participantes es uno de los indicadores más claros del impacto de la propuesta: más del 70% de las mujeres repiten la experiencia y algunas participaron en hasta 15 viajes (y el 98% asegura que la vivencia supera sus expectativas).
Las experiencias suelen durar entre 10 y 12 días y están pensadas para grupos reducidos (de 14 a 20 participantes). “Los cupos se agotan en pocos días. El de Dubái se llenó en una semana”, nos cuenta Sirkovich, quien define cada viaje como “una aventura emocional”.
Una red que atraviesa fronteras
Lo que comenzó como un espacio local en Córdoba hoy tiene alcance global. Por los distintos programas y viajes de Mujeres con Propósitos ya pasaron mujeres de 11 países (Argentina, Chile, Estados Unidos, España, República Dominicana, Venezuela, Colombia, Perú, México, Panamá y Ecuador) y de todas las provincias argentinas.
“La diversidad cultural enriquece cada encuentro. No importa el país ni el contexto: a todas nos atraviesan los mismos desafíos emocionales y existenciales. Esa conexión es mágica”, afirma Sirkovich.
Un espacio para mujeres en transición
El público de Mujeres con Propósitos es amplio: participan mujeres de entre 18 y 86 años, provenientes de distintas provincias y países. Pero, según su fundadora, hay dos etapas vitales en las que el acompañamiento cobra especial fuerza: los 40, cuando aparece la necesidad de redefinir prioridades, y el inicio de la jubilación, cuando muchas buscan reencontrarse con su propósito y su grupo de pertenencia.
“A los 40 empezamos a preguntarnos qué queremos y qué necesitamos, más allá de lo que se espera de nosotras. Y en la madurez, surge la búsqueda de un nuevo sentido”, explica.
En ambos casos, el foco está puesto en construir espacios seguros y libres de juicio. “Hay cuestiones que son innegociables: el respeto, el cuidado y la empatía. Nadie puede hablar por otra, solo por sí misma”, remarca la coach.
Programas, liderazgo y expansión regional
Además de los viajes, Sirkovich dicta talleres y conferencias en distintos países de la región. En Chile, por ejemplo, fue recientemente speaker ante más de 1.800 empresarias y emprendedoras, y ofreció un taller sobre “linaje femenino y paradojas”.
También lidera el programa online “Vivir en Propósito”, un ciclo de liderazgo personal de dos meses de duración, que ya va por su cuarta edición y reúne mujeres de distintos países.
“En los espacios grupales pasa algo muy poderoso: cuando una mujer trabaja algo, en realidad están trabajando todas. Nos damos cuenta de que nos atraviesan los mismos desafíos, estemos donde estemos”, reflexiona.
Formarse para acompañar
Sirkovich combina su rol como coach, instructora de mindfulness, profesora de yoga y de danzas, y estudiante de constelaciones familiares, con una búsqueda constante de formación. Estudió con referentes internacionales en el mundo del coaching como Marco Leone, Fernando Flores, creador de la ontología del lenguaje, y Elena Espinal, una de las pioneras del coaching en Argentina. “Siento una gran responsabilidad por la confianza que me dan tantas mujeres. Por eso me sigo formando. Nadie puede brindar lo que no trabaja primero en sí mismo”, finaliza.
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