El jueves 27 de noviembre se renovó la muestra del Museo Evita – Palacio Ferreyra y Michael Mac Leod presentó Peces Voladores, Oráculo y Derrame, bajo la curaduría de Sebastián Pablo Pastorino. En conversación con InfoNegocios, Michael comentó que esas obras son “sencillas” dentro de su currícula (apenas unos 6 meses de trabajo) porque su fuerte no es la obra museística, sino el arte aplicado a la arquitectura, disciplina en la que trabaja desde fines de los 70 y que lo llevó a intervenir hoteles, casinos y resorts de primer nivel alrededor del mundo.
Peces Voladores y Derrame
La Docta es una gran ciudad pero carece de una obra artística monumental que la distinga y le aporte identidad. Mac Leod opinó sobre por qué Córdoba todavía no está lista para invertir en arte arquitectónico monumental, incluso cuando en la provincia hay artistas capaces de ejecutar obras de estándar internacional.
Radicado en La Cumbre desde hace dos décadas, pasa solo 20 % del año en Argentina; el resto lo dedica a proyectos para casinos, hoteles y desarrollos inmobiliarios. Sus obras suelen cotizar en millones de dólares —entre diseño, materiales, mano de obra especializada y ejecución— y su trayectoria incluye trabajos de restauración y diseño para íconos como el New York Stock Exchange, Carnegie Hall, el Atlantis Bahamas o el MGM Cotai. También colaboró con grandes grupos desarrollistas, entre ellos Donald Trump, con quien trabajó durante años hasta el conflicto por el Taj Mahal Casino, que lo dejó fuera del mercado norteamericano por un tiempo.
Atlantis The Royal Dubai
Ferrari World, Abu Dhabi
En Córdoba, sin embargo, la realidad es distinta. Si bien Mac Leod entiende que muchas de sus obras son imposibles de financiar en la Argentina, asegura que el arte arquitectónico sí puede adaptarse al presupuesto local.
De hecho, se comunicó con las principales desarrollistas para explorar la posibilidad de obras urbanas o intervenciones integradas a proyectos privados, pero no encontró interés real. Desde su perspectiva, el mercado local —y en especial el segmento inmobiliario— no está dispuesto a sumar valor mediante el arte arquitectónico, pese a que en otras ciudades del mundo es parte estructural de la identidad de un desarrollo.
Jekyll & hyde, Manhattan, New York
Cuando le preguntamos qué le gustaría hacer para Córdoba si tuviera la posibilidad, respondió sin dudar: “una obra inmersiva a escala urbana, similar a Oráculo, emplazada en un parque o plaza. Un espacio donde las personas puedan sentarse, habitar la pieza, interactuar con sus formas y donde los ornamentos sean parte del mobiliario: bancos, estructuras, recorridos”. Una intervención capaz de generar identidad urbana y aportar gran valor agregado, sobre todo para un desarrollo privado o un parque público contemporáneo.
Oráculo: una obra que combina luces, sonidos y aromas, con asientos diseñados para incorporarse a la pieza.
Pero para eso se necesita capital y decisión. Y, según Mac Leod, ninguna entidad ni pública ni privada de Córdoba está dispuesta hoy a invertir en arte como forma de construcción de valor simbólico. Mientras tanto, cuando está en el país, el artista se dedica a su complejo de lofts y casas nido, El Hormiguero, en La Cumbre, donde deja volar su imaginación y explotar la capacidad que tiene el arte para agregar valor y sentido a los espacios.
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