Este estudio se realizó de forma local en Argentina y forma parte de una serie de investigaciones también llevadas a cabo en Chile, Colombia, Perú y México, con el objetivo de comprender las particularidades de cada mercado bancario en Latinoamérica.
Uno de los datos más significativos del estudio es la alta tasa de multibancarización: los usuarios bancarizados tienen, en promedio, cuentas en 2,7 entidades financieras, y en el caso de quienes utilizan servicios de fintechs o neobancos, ese promedio asciende a 3,5. El ecosistema bancario argentino es marcadamente heterogéneo y fragmentado, con Mercado Pago liderando ampliamente la escena: el 81% de los usuarios bancarizados declara ser cliente de esta plataforma.
Entre los principales hallazgos se destacan:
A pesar del alto volumen de clientes de Mercado Pago (88%) o Naranja X (32%), las Fintech y Neobancos no alcanzan un nivel notorio de principalidad en “clientes multibanca”, quedando la principalidad acaparada por la banca tradicional.
Los multibanca tienen más productos contratados: los productos básicos son los más contratados: tarjetas de débito/crédito y la cuenta de ahorro. Entre los clientes de dos o más cuentas bancarias destaca la contratación de tarjetas de crédito (72%), en comparación con los clientes un único banco (51%).
Las tarjetas no financieras (departamentales) están presentes en el mercado argentino y casi la mitad de la población tiene al menos una: las ofertas (54%) y la facilidad en tienda (28%) son las principales motivaciones para el uso de tarjetas departamentales entre los que no las tienen.
La no necesidad es motivo fundamental mencionado para no tener cuenta bancaria: dentro del perfil no bancarizado, 6 de cada 10 nunca ha tenido acceso a una cuenta bancaria, mostrando como principal razón la ausencia de necesidad y desconfianza hacia las entidades financieras.
El estudio se basó en una encuesta cuantitativa online (CAWI) realizada entre el 4 y el 11 de diciembre de 2024 a más de 1.500 personas mayores de 18 años con acceso a Internet en Argentina. La muestra fue representativa por edad, género y nivel socioeconómico, lo que permitió obtener una radiografía precisa del comportamiento financiero y las percepciones del público bancarizado y no bancarizado en el país.
Además, se aplicaron modelos analíticos avanzados, como árboles de decisión y regresiones logísticas, para identificar qué atributos influyen con mayor peso en la elección de un banco como principal. Los resultados confirman que la facilidad de uso, la confianza, y una buena experiencia digital son claves para construir preferencia en un mercado crecientemente fragmentado.
“La banca argentina enfrenta un momento bisagra: debe dejar de hablar desde el producto y empezar a hablar desde las personas. Los usuarios buscan que las instituciones financieras les faciliten la vida, los comprendan y los acompañen. El desafío está en traducir la digitalización no solo en eficiencia, sino en humanidad”, señaló Ernest Riba, Chief Strategy Officer de VML Latam.
Estos datos permiten trazar un perfil claro del consumidor financiero argentino: digital por hábito, multibancarizado por necesidad y cada vez más exigente en términos de experiencia. La app móvil ya es el principal canal de relación con los bancos (84%), lo que refuerza la necesidad de fortalecer las experiencias digitales.
“La banca compite hoy en un entorno donde las personas ya no escogen una única entidad, sino que distribuyen sus necesidades financieras entre varias. Entender este nuevo patrón es clave para definir estrategias de posicionamiento y diferenciación real”, afirmó Julio Pedrazuela, Director Regional de Investigación en VML.
De acuerdo con Ronny Weter, Director General de Estrategia de VML Argentina, existe un desafío claro: “En este contexto, la banca tradicional enfrenta el desafío de reconectar con las personas desde propuestas más ágiles, empáticas y centradas en las verdaderas necesidades del usuario”, concluyó.
Este informe forma parte de una serie de estudios impulsados por VML para ayudar a las marcas a transformar su propuesta de valor, desde un entendimiento profundo del consumidor y con una mirada estratégica sobre el impacto cultural de sus servicios.
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