Luz verde para el FF Pilay II: salen a vender 6.000 deptos (de 500 a 1.000 nuevos clientes/año)

La inauguración del edificio Regam Pilay 8 (foto, Bv. San Juan y Mariano Moreno) tuvo ayer un clima especial: no sólo 100 nuevos propietarios recibieron sus llaves, sino que la gente de la empresa anunció el OK de la CNV al Fideicomiso Financiero Pilay II que los habilita a capar 6.000 pequeños inversores para sendos departamentos. Ya buscan terrenos.

Image description
Image description
Evento inaugural del edificio Regam Pilay.
Image description
Evento inaugural del edificio Regam Pilay.

La campaña de marketing y publicidad ya está lista y arranca en breve: con el concepto Poné Play, Regam Pilay cambia la escala de “producción” y ofrecerá 6.000 certificados para su FF Pilay II.

“Hacia el público, la propuesta es la misma -detalla Alejandro Powell, gerente comercial-; con una cuota entre $ 3.000 y $ 4.000 se puede invertir en un activo seguro y rentable como es el ladrillo”.

Aunque Regam Pilay ya tiene más de 7.000 clientes con su producto “inversión en ladrillos”, el FF aprobado por la CNV le brinda mayor seguridad al inversor y otra escala a su fuerza de venta que ahora dispondrá de 6.000 certificados para comercializar.

Por eso, Powell explica que piensan pasar de los 500 nuevos clientes al año a un ritmo de 1.000 nuevos “inversumidores” anuales.

“Estimamos que en Córdoba hay cientos de miles de personas que pueden ahorrar $ 3.000 ó $ 4.000 por mes, reasignando sus gastos”, explica.

Regam Pilay lleva 10 edificios entregados en Córdoba y tiene las 9 torres del terreno en Bajada Pucará ya comercializadas (serán los Regam Pilay 13 a 22). Nada de eso alcanza para el nuevo esquema: por eso buscan tierras ampliando el radio de 50 cuadras desde el centro, extendiéndolo hacia la periferia de la ciudad, incluso localidades vecinas.

Tu opinión enriquece este artículo:

Midory produce hasta 20.000 paquetes de hortalizas por semana (la apuesta de Sergio Guillaumet por la hidroponía en Córdoba)

(Por Juliana Pino) Cuando en 2003 la soja tocaba los 600 dólares y el campo argentino parecía vivir un momento dorado, Sergio Guillaumet tomaba una decisión contracorriente: dedicarse a producir verduras sin tierra. No tenía campo, tampoco un pasado familiar ligado al agro, sino apenas un título de Licenciado en Administración de Empresas y una idea que lo desvelaba: fundar su propia compañía.