Totaro —psicopedagoga que llegó a la educación financiera “por necesidad y vocación”— dirige talleres en escuelas y empresas, brinda asesoramiento personalizado y trabaja para incorporar la materia en la currícula escolar a nivel nacional. Es autora de Silver, el genio del dinero (infantil) y De la incertidumbre a la abundancia, y está desarrollando otros materiales interactivos para acompañar a alumnos desde nivel inicial hasta secundaria.
Metodología: jugar para aprender
Su propuesta pedagógica evita la técnica fría: combina juegos, cuentos, proyectos prácticos y simulaciones. En los talleres organiza ferias en las que los alumnos simulan negocios —calcular precios, costos y armar presupuestos con billetes didácticos— y aplica dinámicas como el juego de “pedir deseos” de su libro Silver, diseñado para que los chicos planifiquen y ahorren para objetivos concretos. “El aprendizaje significativo se da cuando se disfruta”, sintetiza Totaro.
Consejos prácticos y errores frecuentes
Para la familia, Totaro propone actividades simples y replicables: el “reto del ahorro familiar” o conversaciones guiadas sobre cómo se tomó una decisión de compra en el hogar. Advierte contra dos prácticas dañinas: usar el dinero como premio o castigo, y optar por ocultar información financiera a los niños. En contextos de alta inflación, recomienda sinceridad con lenguaje adaptado: “no se trata de decir ‘no tenemos plata’, sino ‘hoy tenemos que cuidar más nuestros recursos’.”
Escalabilidad y desafíos
La expansión de programas en escuelas públicas enfrenta barreras concretas: falta de recursos y carencia de formación docente. Muchos maestros quieren enseñar el tema, pero necesitan materiales adaptados y ejemplos pertinentes a la realidad de sus alumnos. Por eso Totaro enfatiza la simplicidad y la conexión con la vida cotidiana —valor del trabajo, administración del tiempo y recursos—, no solo contenidos teóricos.
Propuesta curricular y rol de la tecnología
Totaro aboga por un enfoque transversal: la educación financiera no como una materia aislada sino integrada en matemática, ética y ciudadanía, tal como ocurre con la educación ambiental. Prevé un papel útil para las fintech para “acercar herramientas reales al aula”, pero subraya la necesidad de una alfabetización crítica y de regulación responsable.
El “para qué”
Además de sus libros, Totaro está desarrollando recursos interactivos para distintos niveles escolares. Su horizonte es claro: en diez años quiere ver la educación financiera como una competencia básica, al nivel de leer y escribir. A los chicos que sueñan con “tener mucho dinero” les recuerda: soñar está bien, pero el dinero es un medio; lo importante es preguntarse para qué.
Tu opinión enriquece este artículo: