Bell’Occhio le dice adiós a los shoppings: se muda a una casona patrimonial y empieza una nueva etapa en Córdoba

(Por Julieta Romanazzi) Con una trayectoria que comenzó en 2015 en Palermo Viejo, Buenos Aires, y luego de 8 años de presencia en los centros comerciales más importantes de la ciudad de Córdoba, Bell’Occhio le dice adiós a estos espacios (o un hasta pronto), y se muda a una casona de 100 años considerada patrimonio histórico ubicada en Av. Hipólito Yrigoyen 646.

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El concepto de Bell’Occhio, orientado a la merienda, con elaboración artesanal de pastelería premium, con líneas exclusivas de macarons y cupcakes, llegó a Córdoba en el año 2018, y desde entonces conquistó a centenares de paladares.

“Después de ocho años en shoppings, era momento de salir a la calle”, nos cuenta su fundador y pastelero profesional, Javier Gómez Bell´Occhio.

Pero la decisión no fue improvisada. Bell’Occhio supo posicionarse primero en el Patio Olmos (2018), luego en Córdoba Shopping (2021) y brevemente en Nuevocentro Shopping, pero el nuevo escenario post pandemia y los cambios en los hábitos de consumo lo llevaron a repensar el modelo de negocio. “Hoy la gastronomía afuera de los shoppings creció exponencialmente. Hay un cambio de paradigma: el público valora la experiencia, el ambiente y la cercanía”, menciona Javier.

Una nueva experiencia en una casona con mucha historia

El nuevo espacio de Bell’Occhio, que inagurará a mediados de agosto, pero que ya despertó interés de marcas internacionales como Lancôme París (que lo eligió para uno de sus eventos exclusivos incluso antes de su inauguración formal), se encuentra en una casona de 720 m2 protegida como patrimonio histórico.

La marca ganó la propuesta frente a otras firmas interesadas y asumió el desafío de adaptar su propuesta sin modificar la estructura arquitectónica original. “No podemos tocar nada, y eso es justamente lo que más me gusta del proyecto. Nos adaptamos al lugar, y no al revés”, nos cuenta Gómez Bell´Occhio.

La propuesta no solo conservará su espíritu de pastelería selecta (con sus reconocidos macarons, cupcakes gourmet y hasta cookies estilo americano), sino que sumará una impronta cultural: cada sala de la casona estará ambientada en honor a referentes internacionales de la pastelería, y el lugar ofrecerá también una escuela propia con cursos personalizados.

“Queremos que esta casa respire cultura pastelera. Vamos a trabajar con instituciones como la Alianza Francesa y el Instituto Alemán para ofrecer semanas temáticas de pastelería tradicional. Además, se sumarán brunchs de fin de semana, take away, eventos sociales y corporativos”, adelanta Javier.

Una marca lista para franquiciar

Con casi una década de trayectoria y un modelo de negocio maduro, Bell’Occhio entra en una nueva etapa: la expansión mediante franquicias. La estrategia contempla próximas aperturas en zonas de alto flujo como la zona norte y sur de Córdoba Capital. “Estamos listos para franquiciar. Quiero que Bell’Occhio crezca, pero siempre con franquiciados activos, que se involucren. Esto es más que una marca, es mi apellido y mi historia”, explica el fundador.

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