Cómo llegar: opciones para todos los bolsillos
La organización de un viaje para la costa siempre requiere anticipación, especialmente para quienes viajan en familia o grupos grandes. Los principales balnearios están conectados con Buenos Aires por las rutas 2 y 11, aunque en enero estos caminos suelen colapsar con caravanas interminables de autos.
Ante esto, el transporte público sigue siendo una alternativa conveniente para evitar el tráfico y los costos de estacionamiento en temporada alta. Para conocer opciones de traslado terrestre hacia estos destinos costeros, haciendo click aquí vas a poder explorar las alternativas disponibles según fechas y presupuesto.
Mar del Plata: la capital de la costa
Mar del Plata sigue siendo el destino más elegido. Sus 47 kilómetros de playas reciben cada verano a millones de visitantes. El puerto pesquero, inaugurado en la década de 1910, mantiene esa postal de lobos marinos disputando restos de pescado mientras las lanchas amarillas ofrecen paseos por el océano.
La peatonal San Martín renovó varios locales comerciales pensando en la próxima temporada. Los balnearios de Playa Grande invirtieron en mejoras para competir con la tradicional Playa Bristol, donde el Casino Central sigue atrayendo tanto a apostadores como a curiosos que solo quieren ver su arquitectura imponente.
Más allá de las playas, el Torreón del Monje mantiene ese aire medieval que parece fuera de lugar en la costa argentina. Construido en 1904, funciona como restaurante desde hace décadas y ofrece vistas panorámicas del Atlántico que justifican la visita aunque no se consuma nada.
Villa Gesell: el balneario que nació de las dunas
La ciudad de Villa Gesell fue creciendo de forma desordenada pero encantadora. Su eje comercial ubicado a lo largo de la Avenida 3, mantiene ese espíritu algo bohemio que la diferencia de balnearios más formales.
El Pinar del Norte, con sus senderos entre árboles que Carlos Gesell plantó hace casi un siglo, sigue siendo refugio para quienes buscan escapar del bullicio playero. Para los más aventureros, los médanos que rodean la ciudad, algunos superando los 30 metros de altura, permiten practicar sandboard sin complicaciones.
Pinamar: sofisticación entre pinos
Desde su fundación en 1943 por el arquitecto Jorge Bunge, la ciudad de Pinamar se planificó siguiendo un trazado urbano ordenado que todavía se nota en sus calles arboladas con nombres relacionados al mar. La Avenida Bunge logra concentrar comercios de diseño, restaurantes de cocina contemporánea y heladerías artesanales que se llenan de turistas a cada hora.
El Parque Escultórico, con más de 70 obras dispersas por espacios públicos, convirtió a Pinamar en museo al aire libre. En el lugar se pueden apreciar obras de reconocidos artistas plásticos como Marta Minujín y Antonio Pujía, cuyas piezas se combinan en perfecta armonía con el paisaje de las dunas forestadas, creando el contraste característico que tiene la ciudad de naturaleza y arte.
Los argentinos siguen eligiendo la costa atlántica como primera opción veraniega, combinando tradición con las ganas de ese chapuzón en el mar que siempre vale la pena.

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