¿Quién no dijo “me duele la espalda” mientras pasaba ocho horas frente a la computadora? Bueno, Cristian Irusta, técnico en Actividad Física, creó un proyecto para cambiar eso: Aptitud Fit, una propuesta integral de bienestar que incluye pausas activas, talleres de salud física y emocional, cápsulas virtuales, y hasta jornadas de trekking para equipos de empresas.
La semilla se plantó en el primer año de su carrera cuando un profesor mencionó por primera vez el concepto de pausas activas. “No me acuerdo dónde se hacían, pero me quedó resonando. Me hizo mucho ruido, era algo distinto”, recuerda Cristian.
Con este puntapié comenzó a imaginar una manera de aplicar el ejercicio en oficinas, escritorios y entornos laborales. “Las personas pasan 8 o 10 horas por día en sus trabajos. ¿Cómo no llevarles el ejercicio ahí, al lugar donde más tiempo están?”, se preguntó. Y empezó a diseñar lo que más tarde sería Aptitud Fit.
El servicio estrella son las pausas activas, que pueden ser presenciales, virtuales o grabadas. En 10 o 15 minutos, los participantes se mueven, estiran, juegan y desconectan de la rutina. “Al principio me costó que las personas se sumen. Asociaban ejercicio con sentadillas o gimnasio, y no les gustaba. Entonces empecé a incorporar dinámicas lúdicas. A través del juego, logré que se movieran sin darse cuenta. Lo disfrutaban mucho más”, cuenta Cristian.
La propuesta se amplía con talleres y charlas sobre alimentación, salud emocional y hábitos sostenibles. “La idea no es ser estrictos, sino ayudar a incorporar pequeñas prácticas que se sostengan en el tiempo”, agrega el creador de Aptitud Fit.
También se organizan actividades outdoor como salidas de trekking, ideales para equipos laborales ya que sacar a la gente del entorno de oficina “cambia todo”: “Se conocen más, se vinculan desde otro lugar, y muchas veces surgen ideas o conexiones que después impactan en el trabajo diario”.
Una de las empresas que no dudó en apostar por esta actividad es la Universidad Siglo 21. Cristian recorre semanalmente sus oficinas con pausas activas personalizadas. “Participan entre 110 y 140 personas por semana. Hicimos encuestas y el impacto fue muy positivo”, destaca.
El valor del servicio es relativo según el requerimiento. “Una empresa puede querer una charla y esto genera mucho interés en los empleados y, a partir de eso, piden pausas activas, después se diseña un programa específico”, explica Cristian.
Los objetivos a corto plazo de Aptitud Fit son claros: consolidarse en más empresas, generar convenios con gimnasios y espacios de actividad física, e incluso ofrecer seguimiento personalizado para los colaboradores, con rutinas y planes adaptados a cada perfil.
Tu opinión enriquece este artículo: