La gestión de Celestino Rodrígo al frente del Ministerio de Economía durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón duró apenas 49 días.
El paquete de medidas económicas anunciadas el 4 de junio de 1975 pasó tristemente a la historia como el “Rodrigazo” y sobrevuela desde entonces como un episodio que nadie quiere volver a vivir.
Se caracterizó por una fuerte devaluación del peso, la eliminación de los controles de precios, suba de tarifas y tope a los aumentos salariales, entre otras medidas.
El presidente Javier Milei lo trajo de regreso durante la campaña presidencial como un fantasma al acecho. Y se jacta de haber evitado un destino inexorable si no se tomaban las drásticas medidas económicas que implementó.
Consultamos a referentes que vivieron en carne propia ese pasaje de la historia y les preguntamos qué recuerdos tienen y si comparten que el país se encaminaba a un nuevo cimbronazo económico a finales de 2023.
El economista y agente de bolsa, Aldo Michelli, recuerda que las “bruscas medidas” fueron en respuesta a la crisis económica imperante y la pérdida de confianza en el Gobierno. “El país quedó al borde de un default internacional, por lo cual se vio obligado a realizar el primer acuerdo peronista con el FMI”, explica.
Y agrega: “Recuerdo que en el desarrollo de mis actividades fiduciarias, en las ruedas de negociaciones diarias, las acciones no paraban de bajar, pero lo más impresionante eran los incrementos por segundos de los precios de los Valores Nacionales Ajustables (VNA), que fueron los primeros títulos públicos ajustados por inflación, en este caso por el índice de precios al por mayor”.
El periodista e histórico conductor de Noticiero 12, Gustavo Tobi, dice que el Rodrigazo se venía venir en 1975, debido a la “tremenda debilidad” que tenía la expresidenta María Estela de Perón. “Las consecuencias fueron realmente terribles, con una inflación del 35% mensual, el debilitamiento del gobierno con huelgas y manifestaciones todos los días. El precio de la nafta prácticamente se triplicó y lo mismo pasó con las tarifas de los servicios públicos que estaban atrasadísimas. Recuerdo que para hacer un viaje más o menos largo se juntaban personas para poder compartir el gasto de la nafta. Fueron momentos absolutamente terribles. Y fue lo que precipitó la llegada de la Junta Militar”.
Al relacionista público y presidente de Latin ADV, Gori Díaz Lucero, el Rodrigazo lo encontró trabajando en la fábrica automotriz Renault. “Habíamos adquirido una gran agilidad para protegernos de la inflación y de las devaluaciones, ya sea comprando dólares o haciendo plazos fijos que renovábamos rápidamente para no perder poder adquisitivo”. Y suma otro dato ejemplificador: “En las empresas era más importante el Director Financiero que el de Fabricación, porque se ganaba más plata con el juego financiero que con la venta de productos”.
Horacio Parga, director Grupo Edisur, es otro de los referentes del mundo empresario que vivió en carne propia ese momento. “Tenía 23 años, recién recibido de contador público y hacía un mes que había comenzado mi primer trabajo formal en el Mercado de Valores de Córdoba desde donde pude ver este fenómeno que fue un verdadero terremoto. A todos los que vivimos ese momento nos marcó profundamente y a mí en particular porque definió mi futuro profesional en el ámbito financiero y bursátil por muchos años”, comenta.
Respecto a lo que significó para el país, su opinión es clara y contundente.“Fue un intento malogrado de descomprimir un plan populista y cuya filosofía hemos visto aplicada muchas veces en gobiernos de distinto signo y, fundamentalmente, con Alberto Fernández. Para todos los argentinos fue el primer shock económico que terminó empobreciendo a mucha gente y con una transferencia de riquezas jamás vista”.
Camino al Rodrigazo
¿A finales de 2023 el país se encaminaba hacia el Rodrigazo?, preguntamos. Las respuestas van en la misma sintonía.
Para Aldo Michelli, “con una inflación mensual del orden del 25,5%, indefectiblemente nos encaminábamos a una hiperinflación, con todas las consecuencias que ello trae aparejado y que los argentinos ya conocemos”.
Por su parte, Osvaldo Giordano, presidente de Ieral de Fundación Mediterránea, aporta. “En términos de riesgo de hiperinflación creo que hay mucha analogía entre un momento y el otro, en el sentido de que se llegó a diciembre de 2023 con un montón de desequilibrios y existía el riesgo de que el desenlace fuera un episodio hiperinflacionario”.
Para Gustavo Tobi, “las condiciones de finales de 2023 eran similares a las que había en aquel entonces, pero afortunadamente las cosas salieron de una manera distinta. Vamos a ver qué sucede de ahora en adelante, pero el panorama es absolutamente diferente como consecuencia de lo que se está haciendo en la actualidad”.
En igual sentido, Horacio Parga sostiene que “teníamos todos los elementos para reiterar otro fenómeno similar”.
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