Cada uno de ellos funciona como capítulo de una narrativa que pone en diálogo el pasado con las transformaciones contemporáneas del habitar.
Espacio 43 – Paisajismo: la memoria como punto de partida
El recorrido comienza en un patio intervenido desde una idea que no busca imponerse, sino coexistir. El árbol central —ya presente en el sitio— organiza el espacio y se transforma en símbolo de bienvenida. Bajo su follaje, luces y sombras trazan el ritmo de la primera experiencia: una pausa al aire libre que propone leer el lugar desde lo sensorial. El trayecto se construye a partir de una línea de tiempo que vincula patrimonio e identidad, en relación directa con la biblioteca original del edificio.
La presencia del agua evoca las antiguas acequias de Argüello y refuerza la conexión con el paisaje como soporte vital. Este jardín no funciona como fondo sino como origen, y marca el inicio de un recorrido que, como las ramas del árbol, se proyecta hacia los espacios interiores.
Espacio 44 – Oficina comercial: habitar lo flexible
El movimiento sugerido por las ramas del árbol continúa dentro de la oficina comercial. Este espacio retoma los valores del entorno exterior —raíces, encuentro, naturaleza— y los traduce en una lógica de trabajo que se aleja del formato tradicional. La propuesta prioriza la fluidez y la conexión visual con el patio, promoviendo una circulación libre que se articula a través de una línea de luz dorada. Esta guía lumínica organiza el mobiliario e integra una biblioteca fotográfica, que permite reconstruir la historia del lugar desde las imágenes. Se trata de una oficina que funciona también como espacio de exposición, reflexión y archivo, manteniendo el vínculo con la historia de la Academia Argüello y abriendo una puerta al futuro de sus usos posibles.
Espacio 45 – Unidad modelo: síntesis del habitar
El cierre del recorrido se da en una unidad modelo que incorpora los lenguajes del paisaje, la memoria y la arquitectura en escala doméstica. Living, cocina y baño se disponen en un entorno que busca representar no sólo un modo de vivir, sino un modo de habitar en relación con el afuera. El mobiliario y la organización espacial construyen un límite difuso entre lo real y lo proyectado, entre el presente y lo que vendrá. La experiencia concluye con una invitación a pensar la vivienda como parte de un sistema más amplio, en el que los patios, las visuales y la vegetación no son elementos decorativos sino estructurales.
Una arquitectura que escucha
Los tres espacios diseñados por Maluf & Asoc. e IASE funcionan como prólogo del proyecto que se desarrollará en el predio de la Ex Academia Argüello. Bajo el lema "Patrimonio y Evolución", la propuesta enlaza usos mixtos —públicos, semi-públicos y residenciales— a través de un parque interior que actúa como eje articulador. La arquitectura, en este caso, no se limita a construir; también observa, escucha y responde. El resultado es una secuencia de espacios que piensan la sostenibilidad como vínculo entre el entorno y la vida cotidiana.
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