Es verdad, que los gobiernos locales no tienen mucho margen para dibujarlos, debido a que si los datos publicados no coinciden con la realidad, serán los prestadores de alojamientos y/o comerciantes quienes harán notar la diferencia, según como sea la dinámica local para habilitar debates maduros o ciegos de antagonismo perfilando algún candidato futuro.
Convengamos que el número de ocupación por sí solo no aporta mucho, solo alcanza para algún título mediático edulcorado o por el contrario para intentar mostrar que todo se hizo mal y que por eso el porcentaje no coincide con lo que se pretende que sucediera, según la usina que emita el mensaje.
Si bien el dato de nivel de ocupación puede ser predictor del resultado de un período turístico segmentado (vacaciones de invierno, vacaciones de verano o de algún fin de semana largo), los relevamientos de consumo y no solo midiendo el dinero gastado por el turista, sino también prestando atención qué tipo de productos se consumen y otras variables más son de gran utilidad si la vocación es tratar de entender el comportamiento del turista que se llegó a un destino.
La manipulación de las encuestas provocan que el resultado no sea el real, por ende el diagnóstico es equivocado y las próximas políticas públicas a instrumentar pueden no ser las necesarias o adecuadas.
La clase media es la que más ha sentido el impacto económico, allí hay un dato concreto que puede ser determinante para la magra “cosecha” turística en varios pueblos del Valle de Calamuchita, pero también e incluso más profundo en los otros valles cordobeses. El NOA, Cuyo, Litoral y la ciudad de Buenos Aires por introducirnos en la realidad nacional también se han visto considerablemente afectados. Algunas localidades del Sur parece que están un poco mejor.
No es ninguna novedad, las administraciones serias y previsoras sabían de esta merma potencial y se dieron sus estrategias para captar de mejor manera la demanda que había y no caer tanto en su performance.
Como dice la frase popular “una golondrina no hace verano”, es tiempo de sincerar, evaluar y actuar, el escenario macro promete que todo seguirá igual, y no solo los destinos clase mediero lo sufren. Los destinos con mejores prestaciones diseñados para el ABC1 tienen competencia internacional con buenas temperaturas en sus costas mucho antes de que llegue nuestro verano, mirando un poquito más allá se viene el año próximo un mundial de fútbol con Argentina defendiendo el título y EEUU (uno de los países acogedores de la cita magna del fútbol junto a México y Canadá) con precios en dólares accesible para quien los tiene.
Por más que los gobiernos locales opten por esconder los datos, la realidad está a la vista y se escurre por los bolsillos. No escondan los datos y a jugar. No olvidar que el turismo se desarrolla por regiones, y allí al menos el departamento Calamuchita tiene mucho potencial si es que se sabe articular en serio.
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