La Fiesta de la Capia revalorizó la identidad bellvillense y potenció el entramado local

La cuarta edición de la Fiesta de la Capia Bellvillense volvió a confirmar lo que ya es una certeza: la capia, ese alfajor único con sello local, no solo es una delicia sino también un símbolo identitario que une tradición, sabor y pertenencia.

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Organizada por la Municipalidad de Bell Ville, la fiesta reunió en pleno centro de la ciudad a emprendedores gastronómicos, instituciones educativas, artesanos y vecinos que celebraron esta especialidad local con creatividad y orgullo.

El corredor principal de calle Córdoba se llenó de aromas dulces y propuestas variadas gracias a la participación de fabricantes locales como ¡Qué Rico Sin TACC!, Buenas Migas, Mamá Beika, Clodo, Reposterías Artesanales M y A, Panificadora Azcherito, 7 Cincuenta, Productos La Chicha, Panadería La Princesita y Culto Casero. Cada uno ofreció su versión de la capia, combinando recetas familiares con innovación.

También hubo espacio para el talento formativo. Las escuelas con orientación en alimentación —el I.P.E.T. N.° 267 "Antonio Graziano", el I.P.E.T. N.° 87 "Robertina Moyano de Sastre" y el Instituto Especial "María Montessori"— dijeron presente con producciones propias, mostrando el potencial educativo vinculado a la identidad productiva.

Uno de los momentos destacados fue la intervención en vivo de la chef internacional Tania Pitavino, quien propuso dos versiones especiales del alfajor bellvillense: una con toque cítrico de limón y otra de chocolate con crema Bariloche. Ambas creaciones pusieron en evidencia la versatilidad de la capia como base para nuevas propuestas gourmet.

En paralelo, más de 130 artesanos desplegaron su arte en las veredas de la Plaza 25 de Mayo, aportando color, creatividad y una rica diversidad de productos a la experiencia..

La Fiesta de la Capia Bellvillense ya no es solo un evento: es una cita con la identidad, una plataforma de impulso para emprendedores locales y una vidriera de lo que Bell Ville puede ofrecer al resto de la provincia. Crece año a año, y con cada edición refuerza su lugar como tradición popular que alimenta tanto el corazón cultural como el motor económico de la ciudad y la región.

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