AgroPix: desde un café en Bell Ville al cielo del agro tecnológico

Lo que empezó como una charla entre amigos en un bar de Bell Ville, hoy es una empresa que ya voló más de 8.000 hectáreas con drones inteligentes en menos de un año. 

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AgroPix propone una nueva forma de producir en el agro: más precisa, más eficiente y sin pisar el suelo. Con clientes de peso como Don Mario y cooperativas regionales, esta startup cordobesa mira al futuro con drones más grandes, educación especializada y expansión internacional.

En una ciudad donde el campo y la tecnología aún se miran de reojo, un grupo de jóvenes decidió que era hora de levantar vuelo —literalmente— y revolucionar la forma de producir. Así nació AgroPix, la startup de agrotecnología que en menos de un año ya voló más de 8.000 hectáreas con drones de precisión.

Todo comenzó en Bell Ville, a principios de 2024. Una charla entre amigos, un café, una idea y muchas ganas de emprender. Matías Tossen, impulsor del proyecto, se encontró con Guido Galetto, hoy su socio, y juntos decidieron que era momento de unir agro e innovación. Lo que siguió fue un efecto dominó: más ideas, más personas y un objetivo claro —optimizar la producción agrícola sin pisar el lote.

Tecnología con alas

¿Drones en el campo? Sí. Pero no cualquier dron, ni para cualquier cosa. AgroPix ofrece un servicio integral de agricultura de precisión dividido en tres etapas:

  1. Mapeo del lote: con drones que identifican las zonas problemáticas, como malezas o irregularidades en el terreno.
  2. Procesamiento de imágenes: es el núcleo del sistema. A partir del vuelo inicial, las imágenes captadas se analizan mediante software especializado que genera prescripciones inteligentes: mapas de aplicación que indican con precisión dónde y cuánto intervenir. Estas prescripciones no solo se usan en los drones de AgroPix, sino que también pueden integrarse en maquinaria terrestre tradicional, lo que amplía su aplicabilidad y potencia aún más el ahorro en insumos.
  3. Aplicación selectiva: otro dron —más grande— aplica fitosanitarios solo donde hace falta. ¿Resultado? Hasta un 90% de ahorro en insumos.

También pueden aplicar en cobertura total, sembrar y hasta esparcir sólidos. ¿El diferencial? Alta calidad de aplicación, sin dañar el cultivo por pisoteo, y sin depender de las condiciones del suelo.

Productividad sin pisar el terreno

La lógica es simple: mientras el avión y las máquinas terrestres ofrecen escala, el dron ofrece precisión, cuidado y eficiencia. Por eso productores medianos y grandes de toda la región (y algunos de renombre nacional como Don Mario) ya apuestan por AgroPix.

Pero el dron, por ahora, no es una solución masiva. “En un día podés hacer 200 o 300 hectáreas. Eso requiere una logística precisa, condiciones climáticas ideales y mucha coordinación”, cuenta Matías. Por eso están sumando nuevos equipos más grandes, recién lanzados al mercado, para ampliar capacidad.

Educación, expansión y el futuro en la nube

El plan de AgroPix no termina en el campo. La startup está desarrollando dos nuevas verticales: educación y comercialización. Ya están preparando cursos, formaciones continuas y asesorías para productores que quieran operar sus propios drones o entender mejor el potencial de esta tecnología.

“La idea es empaquetar el conocimiento que generamos en campo y ponerlo al servicio de otros. Ya nos escriben desde toda Argentina preguntando cómo trabajamos”, agrega Matías. Por eso, la mira está puesta también fuera del país.

Un equipo con los pies en la tierra y la mirada en el cielo

El equipo de AgroPix está compuesto por Matías Tossen, licenciado en administración de empresa; Guido Galetto, ingeniero agrónomo, especialista en técnicas de aplicación; Nicolás Tobaldi, magister - ingeniero agrónomo, especialista en aplicaciones aéreas; Ignacio Ramello, ingeniero agrónomo, especialista en mapeo y análisis de suelo; y Fabio Caillet Bois infraestructura logística. Juntos, hacen volar no solo drones, sino un nuevo paradigma productivo.

Desde Bell Ville al mundo, AgroPix demuestra que no hace falta esperar el futuro: el agro inteligente ya despegó.

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