Inflación menor al 17% y tipo de cambio estable, las claves para motorizar la construcción

Desde la década del ‘80 la actividad creció por encima del 180% en los períodos de estabilidad de precios.
En cambio, desde 2008 la caída fue del 25%. Más datos sobre la alta elasticidad de este sector a los ciclos económicos en un informe del Grupo Edisur resumido en la nota completa.

Que la construcción es elástica a los ciclos económicos no es novedad, pero saber qué variables son las que más influyen y cuánto lo hacen es un buen dato para quienes trabajan en este mercado.

En base a datos del Banco Central Boliviano para Latinoamérica, desde el  Grupo Edisur destacan que cuando la inflación supera el 17 % ocasiona una contracción en la tasa de crecimiento de la economía, pero tienen un efecto positivo cuando no superan este nivel.

“Para el caso de Argentina, en 20 de los últimos 34 años las tasas de inflación superaron el 17 por ciento, afectando negativamente el crecimiento de la economía en general, y del sector de la construcción en particular. Por ejemplo, la década de 1980 se caracterizó por tasas de inflación que alcanzaban las tres cifras, lo que produjo una retracción de más del 40 % en la industria de la construcción, mientras que en la década siguiente, con el marco del Plan de Convertibilidad, la inflación anual promedio rondó el  5 % y la construcción creció más del 80 por ciento (crecimiento que fue interrumpido por la crisis internacional de 1995). Esto mismo se verifica para el período poscrisis 2001 – 2002. Luego de una caída de la actividad de la construcción superior al 50 por ciento, el sector creció más del 180 % hasta 2008, con tasas de inflación estables en torno al 10 %. En los últimos cinco años, las tasas de crecimiento de la construcción comenzaron a desacelerarse en consonancia con incrementos en las tasas de inflación privadas que rondan el 25 $ en este período”,  explica el informe.

Otro factor necesario para fomentar el crecimiento económico es la estabilidad del tipo de cambio. Los países latinoamericanos con regímenes de tipo de cambio intermedio o fijo crecieron el doble de lo que lo hicieron los países con régimen de tipo de cambio flexible o flotante desde el año 2005, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Es por esto que la estabilidad cambiaria, tanto nominal como real, es importante para fomentar el crecimiento de largo plazo, evitando sobrerreacciones que puedan ser perjudiciales para la actividad económica”, culminan los economistas del grupo.

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