¿Cuánto cuesta tener tu bodega en Caroya? (el negocio del vino en plena pampa gringa)

La ciudad cordobesa fue ícono de la vitivinicultura hace 70 años y quiere relanzar ese perfil productivo. “Es el cultivo que más rentabilidad tiene en pequeñas extensiones de tierra”, dicen desde el Municipio. Detalles de una actividad de gran potencial en nota completa.

Colonia Caroya tiene una gran historia en la vitivinicultura argentina. Muestra de ello es que el fin de semana pasado esa ciudad celebró la 45ta. edición de la Fiesta Provincial de la Vendimia.

Pero ¿tanta historia es suficiente para determinar que se trata de un buen negocio? Algunos números brindados por Luis Grión (UCR), el intendente de esa localidad, muestran que se trata de una actividad difícil pero que puede ser altamente beneficiosa. “Es el cultivo que más rentabilidad tiene en pequeñas extensiones de tierra”, afirma y comenta que la última bodega boutique que se instaló en la zona implantó vides mendocinas y dotó de alta tecnología a la finca, con un costo total de la inversión de unos $ 100.000 para unas seis hectáreas. Tres o cuatro años después de implantadas, esas vides producirán 120.000 kilos de uva, que hoy se venden a casi $ 4 el kilo. Es decir, la bodega generará $500.000 de ingresos.

Grión aclara que, como toda actividad relacionada al campo, tiene gran dependencia del clima: “la cosecha de este año será 60% menor que la del año pasado, cuando llegó a 1.100.000 litros”, dice.

¿Este perfil productivo es el más conveniente para la zona? “En Caroya se hacen vinos desde hace 136 años; empezamos con Mendoza y en los años ‘40 y ‘50 en nuestra ciudad había 38 bodegas con marcas insignias para todo el país, como el vino blanco de mesa Montonero. Por historia, por presente y por futuro Colonia Caroya tiene que potenciar su producción vitícola, creo que sólo nos falta una gran inversión extranjera para dar el gran salto”, añora.

Los números de las vides de Caroya
La ciudad cordobesa es sinónimo de la cepa Isabella (frambua), una uva de origen americano que tiene un gran potencial no tanto para la producción de vino como para la de jugo de uvas, un producto muy demandado por los mercados asiáticos.

La Caroyense es la gran bodega de la zona y concentra más del 80% de la producción, fijando precio.

Nanini es otra de las empresas reconocidas del rubro y a ellos se suman casi 50 productores artesanales.

En total, en Caroya se siembran 430 hectáres con “Frambua”, Merlot, Cabernet, Syrah y Tannat, entre otros. 

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