Sadaic, Aadi Capif, Argentores, DAC y Sagai acorralan a gastronómicos y hoteleros

No importa si es un gran hotel cinco estrellas o una pequeña pizzería de barrio. Lo que importa es que tenga una pantalla de televisión (o de otra tecnología) para tener que empezar a tributar a lo que en ese sector llaman “hijos bobos”. Sadaic ya es un clásico: la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música, puede fijar unilateralmente la alícuota y es el más voraz de estos quintillizos temibles. Aadi Capif y Argentores ya eran parte del lote de tributos que cualquier gastronómico debía enfrentar. Las malas noticias son que la familia se agrandó: a la luz de la ley 11.723 y sus decretos reglamentarios se sumaron dos nuevos vástagos mamones, Sagai (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes) y DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), una entidad aupada por el carilindo de Pablo Echarri.
“Si un local gastronómico decidiera no pagar ninguno de estos tributos, los abogados pueden demandar el 11% de las ventas brutas del establecimiento”, explica Alejandro Moroni.
Si bien estos dos últimos “hijos bobos” nacieron hace un par de años, en estos meses han empezado a pasar por las cajas de los hoteles y los restaurantes carcomiendo la rentabilidad ya deteriorada del sector.

Bancor cambia las reglas del juego: ¿qué son las “tribus de productos” (y por qué el modelo ágil puede cambiar la forma de hacer banca)

En un contexto donde la velocidad de respuesta es clave, el Banco de Córdoba adoptó un modelo de gestión inspirado en las grandes tecnológicas: pequeñas “tribus” que combinan talento comercial y tecnológico para crear soluciones rápidas y centradas en el cliente. Juan Pablo Mon, director comercial de Bancor, explica cómo funciona esta transformación interna que ya empieza a verse en los servicios digitales del banco.