El reconocimiento de la Universidad Siglo 21 puso en valor un diferencial central en la historia de AGD: mientras la mayoría de las grandes corporaciones se concentraron en las principales ciudades del país, la familia Urquía eligió (y sostuvo) un modelo enfocado en generar empleo calificado en pequeñas localidades del interior.
La distinción también funciona como síntesis de un recorrido empresarial poco común: un proyecto local que se volvió industria, una industria que se volvió motor regional y un motor que hoy impulsa parte del comercio exterior argentino.
Frente al auditorio, Roberto Urquía recibió la distinción Empresario Líder 2025 por parte de Universidad Siglo 21, y lo hizo también en representación de Adrián y Adriana Urquía. El CEO de AGD tomó la palabra y dejó una reflexión que resonó entre empresarios, estudiantes y referentes productivos presentes. Recordó que su padre fundó AGD “para generar trabajo en el interior profundo”, pero subrayó que la continuidad del proyecto no fue fruto del azar.
Roberto Urquía, CEO de AGD.
Urquía reveló dos elementos que, según él, explican la capacidad de la empresa para sostenerse y expandirse en un país marcado por ciclos económicos extremos: la asociatividad como acelerador del crecimiento y el trabajo en equipo.
“A nosotros nos fue muy útil y nos potenció trabajar en un sistema de asociatividad. A veces los esfuerzos individuales son muy buenos, pero cuando uno suma otros esfuerzos y a través de eso trata de sacar algo mejor, la verdad que nos permitió crecer y crecer mucho”, remarcó Urquía sobre el primer elemento. “Y el equipo de trabajo es lo que verdaderamente a nosotros nos permitió llegar a donde llegamos”, agregó sobre el segundo elemento.
Durante el encuentro, Urquía mencionó también otro factor (más conceptual que operativo) que le permitió a AGD sostenerse y crecer a lo largo de siete décadas: la convicción de que el país siempre ofrece nuevas ventanas de crecimiento, incluso en momentos adversos. Esa mirada, dijo, fue determinante para no detener inversiones ni retrocesos en contextos complejos.
“Siempre les digo a mis hijas que miremos Argentina, las posibilidades y las oportunidades… Seguramente, lo que venga va a ser mucho mejor que lo que vimos en el pasado”, finalizó Urquía, invitando a leer el futuro del país desde una lógica de potencial, no de resignación.
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