Hoy sería no laboral: ¿es viable una semana de 4 días? (aquella vieja idea del “día Osvaldo”, más cerca de ser realidad)

(Por Valeria L. Margosian / RdF) “Yo trabajo cuatro días, muchas horas, para tener todo el viernes libre”. “Yo llevo los chicos al colegio, entonces entro más temprano, pero me voy antes”. “Yo voy a la facultad, por eso corto a la siesta y sigo a la noche”. El futuro del trabajo ya llegó. La flexibilidad en el empleo (que permiten las nuevas tecnologías) nos obliga a replantear leyes laborales ya obsoletas.
 

Image description
Image description

Tras la cuarentena, no podemos dudar que el concepto de trabajo ha cambiado. Luis María Cravino, doctor en sociología del trabajo y director de la Certificación Avanzada en Desarrollo Organizacional (un posgrado del Instituto Tecnológico Buenos Aires), comenta que sus estudiantes analizan qué se entiende por horario y espacio laboral, si es posible intercalar virtualidad y presencialidad, cómo crear organizaciones modernas desde una perspectiva más humana, cómo gestionar los datos y por qué la gente renuncia tan seguido.

Es dentro de esta Certificación Avanzada donde se pone en el tapete la posibilidad de acortar la semana laboral, llevándola de 5 a 4 días hábiles y alcanzando una especie de “día Osvaldo” (un día de descanso más, como el que proponía la propaganda de una cerveza a principios del 2000).

La primera tesis que plantea Cravino es que hay que modificar la ley laboral. Argentina es uno de los países con más carga horaria de la región (48 semanales). “A principios del siglo XX se comprobó que, si un operario trabajaba menos de 12 horas por día, lo hacía mejor, aumentaba la productividad y disminuían los accidentes laborales; por eso se acortó la jornada a 8 horas y se incorporó el sábado inglés”, comenta el especialista.

La ley 11.544 (que regula la jornada laboral argentina) fue sancionada hace 93 años en la presidencia de Yrigoyen y aún continúa vigente. Si bien fue beneficiosa en su época (ordenaba la labor de los operarios, que eran explotados) es una norma vieja, creada para otro mundo (en ese tiempo las mujeres no votaban, no existían las computadoras y mucho menos el tele trabajo).

La segunda tesis que manifiesta el sociólogo es que modificarla, no alcanza y dice: “Aunque se cambie, no va a haber una única respuesta satisfactoria para todos los casos, porque ni todos los trabajos, ni todos los empleados son iguales; la ley debería contemplar que los acuerdos sobre horarios laborales sean móviles; tenemos que prepararnos con una norma más amplia que nos permita construir mejores futuros”. 

Para un mundo nuevo necesitamos formatos nuevos. Y hay muchos posibles. No es lo mismo el empleo en una fábrica (que puede requerir que los operarios estén todos presentes en un mismo turno) que una tarea individual e intelectual, en donde el trabajador puede hacerla cuando más le convenga. Además, hoy hay más máquinas que hacen el trabajo rutinario y más gente empleada en servicios que en industria (y el número va en aumento).

Hay muchos experimentos alrededor del mundo con nuevas modalidades de trabajo más flexibles e individualizadas que demuestran que no baja la productividad, sino que aumenta; que disminuye el ausentismo, sobre todo el injustificado e indican, en tercer lugar (pero no por eso menos importante) que la gente está más feliz. 

Estos experimentos buscan, por un lado, el bienestar de los empleados y por otro, mayor productividad que se traduce en un aumento de la rentabilidad de las empresas. “Los datos nos dicen que los modelos que tenemos que adoptar deben ser de triple impacto; es decir, encontrar un diseño que a la empresa le venga bien mientras el empleado es feliz, atendiendo a la innovación, como tercer factor”, explica Cravino

Es menester, entonces, cambiar las tesis que teníamos dadas en torno al trabajo, entre ellas (y, sobre todo) la jornada de 8 horas o la semana de 5 días. “No sé qué es mejor o peor, solo digo replanteemos; experimentemos y usemos los datos para diseñar mejores vidas”, sugiere el especialista. 

¿Es viable un modelo de jornada reducida en Argentina? 
Y otras preguntas atadas a esa: ¿Estaría dispuesto el empleador a pagar el mismo salario por menos horas? ¿Elegiría un empleado tener más horas libres, aunque ello implique cobrar menos?

Si bien es cierto que no todos los argentinos trabajan 48 horas semanales porque existen acuerdos privados por menos carga horaria, hay dos proyectos de ley en curso que buscan reducir la jornada laboral: el de Claudia Ormaechea y el de Hugo Yasky, ambos diputados por el Frente de Todos. Mientras que la primera propone una jornada máxima de 6 horas (con un tope de 36 semanales), el segundo plantea una semana de 40 horas (como tiene España y como sugiere la OIT). Además, busca que el país adopte una semana laboral de 4 días hábiles.

Bélgica es el primer país que reguló legislativamente esta nueva forma de empleo. Allí no trabajan menos horas, sino que las acumularon en una semana de 4 días para descansar 3. “No sé si todos los belgas están contentos porque sigue siendo un esquema rígido y creo que no se trata de encontrar un único horario de trabajo válido; puede haber muchos y que sean todos beneficiosos”, sostiene Cravino.

En conclusión, no se apunta a recortar los sueldos y quizá, tampoco a reducir las horas, sino a encontrar un equilibrio entre lo presencial y lo virtual o a agrupar horas; es decir que empleado y empleador tengan la libertad de adaptar el trabajo y encontrar cuál es el mejor formato para ellos con el objeto de ser productivo, innovador y estar satisfecho. Eso generaría mayor confianza y mayores objetivos. 
 

Tu opinión enriquece este artículo:

Casas modulares: Neuquén explora nuevas alternativas habitacionales para facilitar el acceso a la vivienda propia

En el marco de la Expo Real Estate realizada en Buenos Aires, el intendente de Neuquén, Mariano Gaido, presentó a la ciudad frente a más de 600 desarrolladores inmobiliarios y expuso sobre el crecimiento local y la búsqueda de soluciones habitacionales. Una de las alternativas que surgió en este encuentro fue la construcción de casas modulares, un sistema que promete ser más rápido, sencillo y económico que la edificación tradicional.

El poder invisible: cómo la Energía Eólica moldea el futuro de Europa

(Por Ing. Guillermo F. Devereux) Con una crisis climática creciente, la transición energética surge como una de las tareas más urgentes a nivel global. El sistema energético mundial, aún profundamente dependiente de los combustibles fósiles, enfrenta el reto de transformarse para satisfacer a nuevas generaciones que piden por un futuro sostenible.

Gaido: “Las inversiones son cruciales para el desarrollo económico” y destacó el rol de Vaca Muerta en el crecimiento de Neuquén

El intendente de Neuquén, Mariano Gaido, presentó a la capital neuquina ante más de 600 desarrolladores inmobiliarios en el marco de la Expo Real Estate 2025, que se desarrolla en el Hotel Hilton de Buenos Aires y reúne a referentes del sector a nivel internacional. En su exposición, destacó el presente y futuro de Vaca Muerta y el crecimiento sostenido de la ciudad como centro estratégico de infraestructura, servicios, ciencia y tecnología.

Vaca Muerta podría duplicar su cadena de valor (y alcanzar exportaciones por US$ 30.000 millones en 2030)

El presidente de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (Ceph), Carlos Ormachea, aseguró que la industria de hidrocarburos podría atraer inversiones por US$ 15.000 millones anuales si se reducen los costos de capital y se sostiene el actual impulso exportador. El referente del sector expuso en el Precoloquio de IDEA realizado en Rosario, donde presentó un panorama de oportunidades y desafíos que enfrenta Vaca Muerta.

Riderboost, la startup cordobesa que potencia a los repartidores con un kit eléctrico para su bicicleta (ya trabaja con PedidosYa!)

(Por Rocío Vexenat) En plena pandemia de 2020, dos jóvenes cordobeses de apenas 23 años, Matías y Lautaro, idearon un proyecto con una meta clara: ofrecer una alternativa de movilidad más segura y sustentable. Así nació Riderboost, un emprendimiento tecnológico que convierte cualquier bicicleta convencional en una bici eléctrica mediante un kit de instalación rápida. Ya trabajan con PedidosYa! y sueñan con ser la startup de micromovilidad más grande de Latinoamérica.