El avance de los diesel I

(Por José Manuel Ortega) Nadie puede discutir el fenomenal avance de las motorizaciones diesel. Sin embargo, muchos no lo incorporan siquiera como opción. Primera entrega de esta nota. Clic en el título.

El tema de los vehículos diesel, como tantos otros, genera seguidores y detractores. Debo reconocerme entre los primeros, después de haber manejado nafteros y gasoleros de distinto tipo y tecnología.

Rudolf Diesel creó el motor que lleva su nombre hacia 1897 y en 1920 –otro apellido famoso- Robert Bosch mejoró el sistema de inyección, iniciando su utilización masiva, sobre todo en barcos, trenes y grandes máquinas.

Mercedes Benz, uno de los pioneros en su desarrollo, lanzó en la década del 30 el primer auto diesel de serie: el 260 D. Cuarenta años después lanzaría el turbo que mejoraría sustancialmente las prestaciones de estos motores, con el 300 SD. Tambien, junto con Fiat, fue precursor de la tecnología Common Rail.

Los motores a nafta han tenido su importante desarrollo tecnológico, es cierto, con grandes avances como la inyección directa, entre otros. Pero sin duda, los diesel han crecido técnicamente de manera exponencial, equiparando performances con aquellos.

Tanto Audi con su R10 TDI (12 Cilindros y 650 CV) como Peugeot con el 908 HDI FAP han mostrado sus virtudes en carreras como Le Mans, alternándose los mejores puestos. Tambien Seat, con el León Diesel en el exigente WTCC, participa con gran éxito. ¿Quién hubiera dicho hace 10 años que los diesel coparían algunas categorías del automovilismo?

Y si bien todavía no han ingresado en la exigente Fórmula 1 (hay algunas cuestiones técnicas que resolver), tal vez en poco tiempo también incursionen en la máxima categoría.

Porsche ha anunciado la comercialización del Cayenne Diesel en 2009 (¿un Porsche diesel?), y también Infiniti –marca del grupo Nissan- con una tradición de grandes motores nafteros está desarrollando motores diesel e híbridos para introducirlos comercialmente hacia 2010.

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En un contexto donde la velocidad de respuesta es clave, el Banco de Córdoba adoptó un modelo de gestión inspirado en las grandes tecnológicas: pequeñas “tribus” que combinan talento comercial y tecnológico para crear soluciones rápidas y centradas en el cliente. Juan Pablo Mon, director comercial de Bancor, explica cómo funciona esta transformación interna que ya empieza a verse en los servicios digitales del banco.