En la presentación de Lucas Navarro, director del IEE, se combinaron algunos datos halagüeños y algo de interpretación para anunciar (el verbo es exagerado) el fin de la recesión.
Navarro hizo un raconto de las últimos ciclos económicos, mostrando que las expansiones duran -en Argentina- entre 10 y 15 meses, pero que la última ronda de crecimiento ya llevaba 19 meses antes de ingresar en la otra fase.
Las contracciones -en tanto- rondan entre los 8 y 12 meses y -en ese sentido- se estarían cumpliendo los 10 meses de caída de la actual recesión.
Para apoyar su tesis, Navarro recordó que el EMAE muestra dos años de crecimiento intermensual consecutivo, el notable repunte de la actividad agrícola, el crecimiento del indicador de la construcción (también intermensual) y el despacho de cemento y asfalto en ascenso.
¿Y la industrial y el comercio? Ahí el economista admite que hay pocas señales de recuperación, pero que las negociaciones paritarias empezarán a recomponer salarios en los próximos meses y finalmente tanto las industrias vinculadas al consumo como el comercio en general podrían acoplarse al ciclo.
En síntesis, el IIE reconfiguró sus expectativas para la evolución del PBI, subiendo un escalón todos los escenarios: si solo reacciona el campo (dato que ya se descuenta) sería la peor previsión; si al campo se suman construcción (lo que estaría pasando) sería un esquema medio, y si en abril, mayo y junio se activan otras industrias, la reactivación podría -incluso- cerrar un 2019 con un leve crecimiento del PBI.
Manuel Tagle, presidente de la Bolsa, se acopló a la figura que el presidente Macri usó días pasados y expresó que “se percibe un amanecer bastante inmediato”. “No somos oficialistas, pero creemos en las ideas y valores que impulsa este gobierno”, resumió Tagle.