Toyota anunció oficialmente que el Supra dejará de fabricarse en marzo de 2026, poniendo fin a una etapa que marcó el regreso de uno de los deportivos más emblemáticos en la historia de la marca. El comunicado se realizó desde la planta de Magna Steyr, en Austria, donde se produce el modelo desde 2019, acompañado por un mensaje de agradecimiento a los fanáticos del clásico deportivo japonés.
El Supra de quinta generación (A90) nació como un homenaje a la leyenda de los años noventa y rápidamente se consolidó como uno de los íconos del catálogo de Gazoo Racing, la división deportiva de Toyota. Sin embargo, la marca ya trabaja en su sucesor, que podría presentarse hacia 2027, y del que se esperan novedades en materia de diseño, rendimiento e incluso electrificación parcial.
Una historia moderna con raíces clásicas
El actual Supra fue fruto de la alianza entre Toyota y BMW, compartiendo plataforma y mecánica con el Z4, aunque con un diseño propio y una puesta a punto enfocada en el rendimiento. Equipó el conocido motor B58 de seis cilindros en línea y 3.0 litros con 340 CV, además de una variante B48 de cuatro cilindros y 2.0 litros con 258 CV. En 2022 llegó la esperada versión manual de seis marchas, celebrada por los entusiastas del manejo deportivo.
Como cierre de ciclo, Toyota lanzó el Supra A90 Final Edition, una edición limitada de 600 unidades —300 destinadas a Europa y 300 a Japón—, que elevó la potencia hasta 441 CV y 580 Nm. Esta versión especial se distingue por su pintura negro mate, alerón de carbono y detalles inspirados en el Supra GT4.
El futuro: legado y evolución
Aunque Toyota no confirmó detalles oficiales sobre el próximo modelo, todo indica que el sucesor del Supra mantendrá la filosofía deportivo, liviano y de tracción trasera, pero con una arquitectura híbrida o completamente eléctrica. La compañía busca preservar el ADN del clásico, combinando el legado de performance con la visión de movilidad sustentable que guía su estrategia global.