Hay marcas que llegan a Córdoba con bajo perfil, y otras que apenas pisan la ciudad ya generan el murmullo: “¿No venían hace rato?” Monoblock pertenece al segundo grupo.
La firma porteña, conocida por convertir ilustraciones de autor en agendas, cuadernos y objetos que ya son parte del paisaje creativo argentino, desembarcó en Córdoba con un pop-up navideño. El desembarco se dio gracias a una invitación de We Make It Pop, pero los fundadores, Vik Arrieta y Pablo Galuppo, quienes viajaron especialmente para montar el espacio, reconocen que el movimiento también se da con el otro propósito de probar la plaza: “La idea era venir, mostrar la experiencia y ver qué pasa”, admiten.
El pop-up ubicado en We Make It Pop (y que funcionará hasta el 14 de enero) no es una versión recortada de Monoblock: trajeron casi todo el catálogo. Entre pines (más de 40 modelos), agendas, marcos, libros y láminas y lonas hay más de 300 productos exhibidos.
Los precios también marcan el ritmo del público cordobés: desde $ 3.000 para regalos chicos, hasta $ 70.000 en ediciones especiales y combos.
La puesta en escena de este pop-up replica el espíritu de las tiendas Monoblock. No es un local comercial típico: es un espacio que parece mitad tienda, mitad museo. Láminas colgadas, salas temáticas y productos que funcionan como “mundos” en miniatura. “La gente se mete, se olvida del mundo y empieza a conectar con el arte”, nos cuentan Arrieta y Galuppo.
Monoblock tiene 5 locales propios en Buenos Aires y una góndola en Alto Palermo. La marca no trabaja con el formato de franquicias ya que su modelo de negocio combina curaduría, diseño y control total de la experiencia.
¿Por qué Monoblock eligió (y posiblemente vuelva a elegir) Córdoba? Porque los números hablan.
Según nos cuentan sus fundadores, desde hace años que Córdoba es la provincia que más aparece en las métricas de comercio online después de Buenos Aires. Cada lanzamiento (sobre todo la preventa de agendas, su “Lollapalooza propio”) confirma que la comunidad cordobesa responde y (re)compra.
Una marca con ADN argentino (y una comunidad que la sigue hace 18 años)
Monoblock nació en 2006/2007 casi por accidente: un pedazo de papel en imprenta se transformó en el primer cuaderno ilustrado. En una época sin Instagram, sin TikTok y sin economía de creadores, “fue una apuesta arriesgada”, admiten desde la marca.
Hoy Monoblock vende 50.000 agendas por año, exporta a Chile, Perú, Uruguay, Panamá, México, Paraguay y España, emplea a 50 personas de forma directa y mantiene vínculos con decenas de ilustradores, escritores y diseñadores argentinos. “Todos los autores con los que trabajamos son argentinos. Cuando comprás un producto nuestro, apoyás a un artista real”, agregan.
En estos 18 años, la comunidad de Monoblock se volvió intergeneracional: clientes que compran desde 2007 ahora vuelven con sus hijos. Diseñadores, creativos, lectores, y gente que colecciona agendas como si fueran discos.
¿Se viene un local fijo en Córdoba? Desde la marca no lo confirman, pero tampoco lo esconden. La respuesta honesta es que sí, les gustaría, pero siempre que encuentren un espacio que acompañe la experiencia.
El plan 2025 de Monoblock contempla abrir dos nuevos locales en Argentina (y Córdoba está entre las candidatas más firmes).
Lo cierto es que, al menos hasta enero, Córdoba tiene una tienda Monoblock en modo prueba… pero con espíritu de tienda oficial.