Siria Sur abrió sus puertas en Arturo Capdevila 1914, dentro de un galpón repleto de percheros y enormes pilas de ropa. Su propuesta combina el fenómeno vintage, la fiebre del secondhand y la venta mayorista por kilo, fórmula que ya les dio resultado en Chile y que ahora replican en Argentina.
Los dueños (dos primos de origen sirio) operan desde hace más de seis años un local similar en Santiago de Chile. Desde allí decidieron expandirse al país, eligiendo Córdoba como primer destino y anticipando que su próxima apertura será en Salta.
Su sistema de abastecimiento también es internacional: los fardos de ropa provienen de Medio Oriente (Turquía, Egipto y Dubái) y de distintos países europeos. Ingresan a América Latina a través de Chile, donde ya tienen presencia, y desde allí cruzan por tierra hacia Argentina.
Según explican los dueños, compran los fardos ya armados a una empresa llamada AJ, encargada de recolectar, compactar y clasificar ropa usada para exportación. Los fardos llegan cerrados, sin selección previa local, por lo que el surtido es completamente azaroso: el cliente puede encontrar prendas de muy distintas calidades, mezcladas sin categorías definidas.
En el local, sin embargo, intentan ordenar por grandes grupos: bebé y niño, dama, hombre y marroquinería. Con el paso de los clientes, el desorden crece y las prendas terminan mezcladas, algo que forma parte de la lógica del formato. Entre la montaña de ropa aparecen marcas reconocidas como Zara, H&M o Pull&Bear, además de indumentaria multimarca de distintos orígenes.
La calidad también es variable: conviven piezas limpias y casi nuevas con otras manchadas, rotas o remendadas. El atractivo principal sigue siendo el precio: $ 15.000 el kilo. Para quienes disfrutan de revolver y dedicar tiempo a la búsqueda, es posible encontrar verdaderas joyitas.
Siria Sur aterriza así en Córdoba con un modelo que se expande en toda la región: ropa por kilo, reposición constante y una experiencia de compra que mezcla oportunidad, volumen y exploración.