Habrá que revisar papeles y los beneficios impositivos que tuvo el Orfeo en su momento de construcción (2003), pero más allá de tecnicismos, en el fondo es una decisión política: ¿debe la ciudad autorizar la demolición y dejar a la segunda ciudad del país sin el único domo de relevancia para shows artísticos y deportivos? ¿Debería expropiar el predio y... administrarlo o concesionarlo?
Si vos fueras @MartinLlaryora, ¿qué harías con el pedido de demolición del Orfeo?
— InfoNegocios ???????? (@InfoNegocios_AR) October 13, 2020