Federico y Pablo Givogri comenzaron a cocinar hamburguesas como hobby en 2018 hasta que dieron el gran paso hacia la venta al público combinando la pasión por la cocina con el diseño de experiencias.
El local de Frich traslada a sus consumidores a una típica hamburguesería americana. Cada detalle está cuidadosamente pensado: música, iluminación, menú, cuadros y hasta el aroma de los productos.
La propuesta gastronómica acompaña esta experiencia. El pan utilizado es de la marca Martin’s y en las opciones veggie se encuentra la hamburguesa Beyond Meat, ambas marcas importadas. Además, muchas de las herramientas de trabajo también llegan desde Estados Unidos, como las bandejas, los dispensadores de aderezos y los dosificadores de sal.
El concepto de Frich es clave “no nos enfocamos en competir con otras hamburgueserías, sino en mejorar continuamente nuestra propuesta”, explican sus creadores. De esta manera lograron consolidarse e inauguraron su segunda sucursal en Valle Escondido.
Aunque el local está ubicado en una zona rodeada de estudiantes, el público de Frich es amplio: familias, jóvenes y personas de distintos barrios se acercan diariamente en busca de una auténtica hamburguesa americana. Actualmente, venden entre 650 y 700 hamburguesas por día.