Cada septiembre, Cheval des Andes renueva su ritual: presentar una nueva añada que no busca reinventar nada, sino reafirmar una filosofía. La cosecha 2022 (la vigésima del proyecto) confirma que el Grand Cru de los Andes tiene identidad propia.
En Córdoba, la nueva añada se presentó hace pocos días en Casa Papagayo, en un evento encabezado por Pierre Polbos (foto), recientemente nombrado Head Winemaker de Cheval des Andes, quien compartió los detalles de la vendimia.
El Cabernet como columna vertebral
Este año, el Cabernet Sauvignon se lleva el papel principal. Representa el 65% del blend, acompañado por un 30% de Malbec y un 5% de Petit Verdot. Mientras que el Cabernet da estructura, el Malbec se convierte en el alma argentina.
Dos fincas, un mismo propósito
Cheval des Andes se construye sobre dos territorios que parecen opuestos, pero se complementan. Las Compuertas, al pie de la precordillera, entrega vinos densos, con músculo y profundidad. Paraje Altamira, en cambio, ofrece delicadeza: Malbecs florales, frescos, casi etéreos.
De esa dualidad surge la complejidad del vino, que no responde a un único terroir sino a la conversación entre ambos.
Cada una de las 36 parcelas se trabaja de manera independiente, con un manejo agronómico a medida. Se cosechan y vinifican por separado, en pequeños tanques, como si cada lote fuera una historia distinta. Luego, el equipo elige qué capítulos entran en el blend final. En eso consiste la filosofía del “Vino de Cru”: no es solo un concepto francés, es una manera de entender la tierra.
Una añada equilibrada
La vendimia 2022 fue, en términos climáticos, una de las más equilibradas de los últimos años en Mendoza. Temperaturas estables, buena amplitud térmica y lluvias oportunas permitieron una maduración pareja, sin sobresaltos. Las uvas se cosecharon entre el 3 y el 17 de marzo, en un período breve pero preciso, con una sanidad impecable.
La crianza, como siempre, se realiza en una combinación de barricas bordelesas y grandes foudres de roble. La idea no es marcar el vino con madera, sino dejar que respire sin perder frescura.
El negocio detrás del vino
Más allá de lo sensorial, Cheval des Andes es un caso atípico en el negocio del vino argentino. Nació de la unión entre Terrazas de los Andes y Château Cheval Blanc. Este proyecto se construye con paciencia de relojero: una sola etiqueta al año, sin urgencias comerciales, con foco en la consistencia y la reputación global. La producción de la añada 2022 se limita a 95.000 botellas, con un precio por unidad que supera los $ 160.000 en vinotecas.