En lo que refiere a bioeconomía y generación de energías renovables la provincia de Córdoba no se anda con chiquitas. Pionera y líder del mercado nacional, ahora se embarcó en un ambicioso proyecto que busca nada más ni nada menos que la autonomía energética.
El nombre del plan ya da cuenta de su envergadura: Apolo 800.
Apolo porque toma el nombre del histórico programa aeroespacial de la NASA que llevó al hombre a la Luna; y 800 porque la meta es alcanzar los 800 MW de potencia instalada en generación de energía distribuida y mercados provinciales en el marco del plan para 2030 (hoy la provincia cuenta con apenas 25 MW).
Para su concreción es clave la articulación entre el sector público y el privado, para definir en conjunto los pasos a seguir y garantizar que los recursos estatales se complementen con inversiones de capital privado, tanto en proyectos puramente energéticos como en iniciativas productivas que surjan a partir de una mayor disponibilidad de energía segura y limpia.
La rueda ya comenzó a andar. Interesados hay y también propuestas concretas. Pero hace falta más. Por eso, desde hace un buen tiempo el equipo de la Secretaría de Planificación Energética de Córdoba, con Sergio Mansur a la cabeza, predican el mensaje en cuanto espacio hay dispuesto a escuchar.
Estuvieron en la Cumbre Mundial de Economía Circular (Córdoba), en la Jornada “Energía Cultivada: El Bioetanol en el Desarrollo del NOA” (Tucumán); y en Argentina Carbon Forum 2025 (Córdoba), entre muchos otros.
En este último mantuvieron un encuentro con los Consejos Asesores de Políticas Energéticas, junto a representantes de más de 50 organizaciones, cámaras empresariales y colegios profesionales, con el objetivo de coordinar acciones en el marco del plan.
El objetivo es diseñar una hoja de ruta que permita alcanzar la carbono neutralidad y la seguridad energética mediante modelos competitivos y sostenibles. La convocatoria está abierta a municipios, cooperativas, cámaras empresarias, universidades y referentes territoriales para trabajar de manera conjunta.
La novedad es la generación comunitaria virtual, que se incorpora a las ya conocidas modalidades de generación distribuida y comunitaria.
Este nuevo esquema permite que múltiples usuarios, ubicados en distintos puntos, compartan un mismo sistema de generación y descuenten su consumo mediante medición inteligente y plataformas informáticas, como si la energía hubiera sido producida en sus propios hogares.
De este modo, se optimizan los ahorros, se eliminan las limitaciones de espacio físico y se reducen costos, ya que los proyectos compartidos mejoran la eficiencia de instalación y disminuyen la carga impositiva y de tasas.
Asimismo, las distribuidoras —EPEC y las cooperativas— ya pueden generar energía para sus asociados y clientes, y los privados también cuentan con la posibilidad de comercializar energía entre ellos.
“Para facilitar la planificación y ejecución de nuevos proyectos, desarrollamos una herramienta de inteligencia territorial que integra información georreferenciada sobre recursos energéticos, infraestructura existente, demanda insatisfecha y otros datos relevantes. Esto nos permite identificar áreas con alto potencial de impacto, tanto energético como productivo y social”, explica Sergio Mansur, principal responsable de la planificación energética provincial.
Facilitar inversiones
Con el fin de incentivar la participación privada se puso en marcha una batería de herramientas, que incluye incentivos fiscales y líneas de financiamiento a través de Bancor.
“La quita progresiva de subsidios en las tarifas eléctricas, la disminución de los costos tecnológicos de generación, las urgencias climáticas y el proceso de desregulación del sistema eléctrico nacional refuerzan la necesidad de garantizar la seguridad energética de los territorios y abastecer la demanda con bajas emisiones de gases de efecto invernadero”, explica el funcionario.
Y sigue: “Para las empresas e industrias participar en proyectos de energías renovables comunitarias significa no solo reducir considerablemente sus costos operativos —hasta un 45%—, sino también cumplir con la exigencia de incorporar al menos un 20% de energías renovables en su matriz energética”.
Actualmente, Córdoba se encamina a alcanzar los 1.500 usuarios generadores distribuidos de energías renovables, consolidándose como la provincia con mayor número de usuarios de este tipo en todo el país.