Nicolás Macaggi es la persona detrás de Pacorro Kustom, un amante de los fierros que hace 20 años dejó las cuatro ruedas para emprender su pasión: la customización y restauración de motocicletas. Arrancó en un taller “under”, en Alberdi, en épocas donde el boca a boca era la publicidad y donde la cultura motera era un nicho solo para entendidos.
De Alberdi al Cerro
Durante años, Pacorro trabajó en el "under", en un ambiente más íntimo y dedicado. Sin embargo, hace dos años, tomó una decisión clave: mudarse a un espacio más visible y compartido, donde su taller convive con otros proyectos moteros. Así nació el nuevo enclave de Pacorro Kustom, en alianza con los hermanos Gazquez y Elf, en un predio que incluye gomería, lubricentro y el primer bar motero argentino al estilo europeo.
“Pasamos de estar escondidos a ser parte de un ecosistema. Hoy la gente pasa, entra, pregunta, charla. Se genera comunidad”, relata.
Customización: una forma de arte sobre ruedas
Para Pacorro, customizar una moto no es simplemente modificarla: es transformarla sin perder su esencia. “Cada moto tiene su ADN. No todas sirven para todos los estilos, pero todas tienen un potencial. Hay clientes que vienen con una idea fija, con una foto de Instagram, y otros que nos dicen: 'hacé lo que vos quieras’. Ahí se le aconseja y se lo lleva al mejor estilo que puede tener su moto”.
Fanático de los estilos clásicos como el Café Racer, el Scrambler o el Bobber, Pacorro comenta que, aunque a veces se realizan mejoras mecánicas, el foco suele estar en lo estético, manteniendo siempre el ADN de cada modelo que entra a su taller.
“Hoy podés customizar desde una Harley Davidson hasta una Royal Enfield, pasando por Ducati o marcas nuevas que también ofrecen buena base”.
¿Cuánto cuesta customizar una moto? Preguntamos…
“Las modificaciones van de leve hasta el extremo, desde 500 mil pesos a 4 millones de pesos, aproximadamente”, sostiene.
Amor por las dos ruedas
Con dos décadas de trabajo, Pacorro ya no lleva la cuenta de cuantas motos ha restaurado, pero sí recuerda con especial cariño una Indian que encontró por azar y restauró durante tres años, y un proyecto actual: una Indian Scout convertida en Café Racer pura sangre.
“Mucha gente cree que para entrar al mundo custom hay que hacer todo de una. Pero no. Podés empezar con un cambio chico: una luz, un asiento, un escape. Lo importante es que ya tenés tu moto y que te querés sumar a esta cultura”, dice.
Un espacio que también hace docencia y fomenta cultura
Además del taller, Pacorro participa en una columna radial en Las Rosas Radio, donde cuenta la historia detrás de cada estilo. Además, organiza eventos, rodadas y encuentros, como el Distinguished Gentleman’s Ride, que celebró recientemente una nueva edición en su local en Av. Spilimbergo al 3150.